Por: @Ignaciorobles / Fotos: Auditorio Telmex / Sergio Garibay.
Jamiroquai. Auditorio Telmex. Zapopan. 1 de marzo de 2013.
Una noche de clima impredecible; entre viento, lluvia y frío que sorprendió a los tapatíos la noche del viernes 1 de marzo, y que acompañaron a Jamiroquai en su primera visita a tierras tapatías. El público asistente esperaba una noche inolvidable.
Conforme fue avanzando el tiempo el Auditorio Telmex se llenaba rápidamente; un público adornado con penachos luminosos, metálicos y uno que otro con cuernos de vikingo que esperaba ver un gran concierto. Sin más preámbulos, sin teloneros y con un foro completamente lleno (con unos 8 mil asistentes), los músicos hicieron aparición junto a Jay Kay, quienes abrieron su espectáculo con una mezcla de temas entre «Traveling With Out Moving» y «Scam», que fue visualmente iluminada por una gran pantalla donde un Enzo Ferrari se mostraba al ritmo de la música.
La noche fue transcurriendo con ritmos funk y disco, el ambiente era perfecto y se acoplaba a la combinación musical que recogía los conocidos éxitos de la banda como «Love Foolosophy», «Canned Heat», «Little L» y «Cosmic Girl». Los músicos hacían trabajo de improvisación alargando las canciones de una manera única e inigualable; la acústica era de gran calidad hasta que una falla en el sonido se hizo presente: fue precisamente en el micrófono de Jay Kay y en el volumen en la línea del guitarrista. La falla estuvo latente en un par de canciones, algo que su frontman supo manejar.
Pequeñas pausas, un trago de agua mientras limpiaba el sudor de la frente, Jay Kay no dejó de bailar ni un sólo segundo con sus característicos pasos. Sin hacer un encore, Jamiroquai prosiguió con sus canciones hasta que por fin apareció en su repertorio musical «White Knuckle Ride», canción de su último álbum lanzado en el 2010 y que sonó con el video de fondo, clip donde su vocalista pilotea un helicóptero. La gente llegó al clímax, y fue con esa rola con la que cerraron la velada tapatía, luego de casi una hora con 45 minutos en la que la banda inglesa deleitó a su público mexicano en una noche llena de funk, rock, jazz, disco y mucho, mucho baile.
