Por Abraham Mercado.
Ya sólo un año falta para que el Festival Internacional de Cine de Guadalajara cumpla sus tres décadas de existencia, cosa que seguramente se celebrará en grande. Pero mientras eso sucede, este año toca a nuestros compañeros quebequenses ser invitados de honor en esta celebración al séptimo arte.
Lo ideal es no perderse nada de las exhibiciones y de los eventos que suceden alrededor de este festival, sin embargo, hay que hacer hincapié en algunos de los largometrajes presentados.
Primero que nada, hay que poner especial atención a nuestros amigos hispanoparlantes que serán exhibidos en la sección de Largometraje iberoamericano de ficción. Este año películas como Vivir es fácil con los ojos cerrados o Princesas rojas son propuestas bastante interesantes; así también documentales iberoamericanos como A ras del cielo, Como Dios nos trajo y La Gorgona.
Ideal también es apoyar al cine nacional asistiendo a las funciones del premio Mezcal, que busca reconocer y promover el cine de nuestro país. Este año compiten obras como Remedios Varo. Misterio y Revelación, Viento aparte o La fórmula del Doctor Funes.
Igualmente, para celebrar la diversidad, el premio Maguey reconoce a la mejor película de temática gay, lésbico o trans. Películas como Dvojina, Test o Getting go parecen ser propuestas interesantes.
Tampoco hay que perderse la producción que viene de nuestro invitado de honor, con películas seleccionadas como Lde démantèlement, Liverpool o Gabrielle, con la que dio inicio el festival en la gala de apertura el sábado pasado.
Asimismo, asistir a las distintas galas de beneficencia; la proyección de cortometrajes, que buscan reconocer el trabajo de estudiantes y realizadores que apenas inician su carrera.
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