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La eterna maldición de Hollywood

La cartelera de cine está repleta de compañías claramente dispuestas a hacer lo imposible para exprimir hasta el último centavo de sus audiencias.

Hace unos días vi La Momia y fue horrible. Debo admitir que desde los trailers comencé a dudar, pero sólo hasta que me senté a ver escapar a Tom Cruise de una mujer tatuada durante casi dos horas, fue que comprendí que había malgastado mi dinero.

the mummy cruise
¿Es «La momia» es la peor película de Tom Cruise? se preguntan los medios de todo el mundo..

No es fácil ir al cine en estos días buscando inspiración

Si bien es cierto que el verano es una de las dos estaciones en las que las grandes producciones se disputan la taquilla año con año —la otra es el invierno—, también es cierto que, año con año, la calidad de algunas de estas producciones parece estar dando un paso adelante y dos atrás.

Basta con revisar la cartelera de esta temporada para darse cuenta de que, no solamente hay más blockbusters abarrotando las salas de los complejos —además de La Momia, actualmente se presentan la quinta parte de Piratas del Caribe y la tercera de Cars, así como el spin-off de la Mujer Maravilla y el remake de Guardianes de la Bahía—, sino que la mayoría de estas películas pertenecen a franquicias, que a su vez pertenecen a compañías claramente dispuestas a hacer lo imposible para exprimir hasta el último centavo de sus audiencias.

Esto se vuelve aún más peligroso si consideramos el repentino interés que los estudios parecen haber despertado por los llamados “universos compartidos”, una ambiciosa propuesta narrativa que se volvió popular después de que Marvel Studios presentara Los Vengadores, allá por 2012. Desde entonces, no sólo se han levantado los superhéroes de DC (en colaboración con Warner Bros.) para darle batalla a Iron Man y compañía, sino que ahora Universal está preparando su Dark Universe, una franquicia que pretende relanzar su abanico de monstruos clásicos como la ya mencionada Momia, así como Drácula, Frankenstein y El Hombre Invisible, entre otros.

¿Cuál es el problema de estos universos compartidos?

Básicamente, el que ha aquejado a Hollywood desde siempre: los estudios “descubren” una nueva forma de contar sus historias, la adoptan como tendencia y continúan reproduciendo el concepto una y otra vez, con una impaciencia tan grande que eventualmente termina explotando en sus manos, haciendo evidente esa lección que hasta el día de hoy no se han dado la oportunidad de comprender: que NO se trata de hacer películas como si fabricaran refrescos; se trata de aprender, de innovar y de llevar al cine a ese lugar que le corresponde como séptimo arte de nuestra sociedad. Aunque honestamente, dudo que los ejecutivos de la industria sigan viendo al cine como vehículo artístico.

Texto: Carlos A. Narvaez.

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