Por Diego Ramos.
Fueron sólo 80 personas las que pudieron asistir a un concierto lleno de energía; psychobilly de cerca en el Pulp con una de las bandas más importantes de la escena estadounidense: Rezurex.

La noche se abrió con una banda que la escena local conoce muy bien: los Perros Kemados. La agrupación prendió a la concurrencia, la cual bailaba sin cesar al ritmo de rolas como “Para que me dan de tomar” o “Vieja Máquina”. Mientras, la espera se hacía más llevadera, y los Perros mostraba su característico rockabilly para calentar motores.
Dando comienzo a su gira por el mundo, Daniel DeLeon y sus compañeros, llegaron a Guadalajara para ofrecer un concierto que pocos tuvieron la oportunidad de ver; en un ambiente cercano a los músicos californianos –tanto que podías verles la campanilla cuando cantaban a todo pulmón- y con una respuesta increíble, Rezurex no dio tregua y pasada la media noche comenzó a tocar.
La cerveza corría como la sangre en las guerras, pero aquí, sin armaduras los Rezurex veían claramente a los fanáticos lanzar sus flashes y pedir rolas; ellos, guardaban la calma, bebía y reían para llevar a cabo un concierto que destilaba potencia.
Personas de otras ciudades acudieron al concierto y otros tantos se quedaron fuera. Adentro, la tocada era una locura y el reducido espacio no impedía que la gente bailara, engrandeciendo a la banda en cada uno de los 18 temas que tocaron, y entre los que sonaron “Día de los muertos” o “Everyday is Halloween”.
La sensación que queda después de haber visto a estos grandes del psycobilly y punk, es grata; no sólo dejaron una enorme huella en el under tapatío, sino que se abren nuevas posibilidades en la ciudad para traer a bandas de este calibre a Guadalajara.
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