Por: Hugokoatl Galván (@RockticiasLED).
How can I ask anyone to love me,
when all I do is beg to be left alone?
En «Left Alone».
A Fiona Apple le late ausentarse del estudio por años. Afortunadamente tiene un concepto del disco que está más apegado a una obra que debe trabajarse y pulirse en todos sus elementos hasta que esté perfecto (o cercano a la perfección), en lugar de verlo como un objeto mercantil que cada año debe estar presente en estantes.
Para este álbum (en adelante sólo nombrado como The Idler Wheel), Fiona se rodeó de una atmósfera jazzista que no le es ajena. El contrabajo se luce en todas y cada una de las rolas, especialmente en «Every Single Night». Las percusiones hacen lo propio en «Daredevil» y «Left Alone», pero el protagonista indiscutible es el piano, sobre todo en «Jonathan» y «Valentine». Si esperas escuchar guitarras, mejor espera otros tres años pues no las hay.
Las letras giran en torno a la soledad y los males de amor. Destacan por su composición «Left Alone» y «Werewolf». En la primera, Fiona llega a una conclusión desgarradora (sirve de epígrafe a esta reseña) de la razón por la cual continúa sola. En «Werewolf», la ojiazul explica la fuerza de una pareja que puede enfrentar al mundo en conjunto, pero la narradora recae de nuevo al suplicio de estar sola. «Every Single Night» narra una noche de insomnio en la que la cabeza se inunda de pensamientos, al parecer, incomprensibles. Al final se encuentra la rola más simple pero adornada por coros múltiples, «Hot Knife»recurre a la metáfora Ella: Mantequilla, Él: Cuchillo.
Habrá que contar desde ya a The Idler Wheel como parte de lo mejor del año. Aunque el lanzamiento ha pasado con cierto anonimato y en el disco no se incluye ninguna canción susceptible de ser la próxima «Criminal», el conjunto de canciones es bueno… más que bueno. También ideal para escucharse resguardado en la casa mientras afuera el cielo se cae a pedazos.