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Intimidad y simpleza, «Ghost Stories» de Coldplay

Por: Carlos A. Narvaez.

No cabe duda de que todo gran artista refleja diversos aspectos de su vida a través de su obra; alegrías, experiencias, tristezas, miedos y esperanzas generalmente son plasmados en el trabajo de dichos genios creativos y, en muchas ocasiones, vienen acompañados de momentos de inspiración a posteriori. Este es el caso de Coldplay y su más reciente álbum, Ghost Stories.

Tres años después del lanzamiento de Mylo Xyloto (un intervalo de tiempo que han utilizado desde 2002 con A Rush of Blood to the Head), Chris Martin, Jonny Buckland, Guy Berryman y Will Champion regresan de manera sumamente fresca y renovada con un L.P. que, con tan sólo nueve canciones en su interior, presenta de muy íntimamente una atmósfera despojada de la extravagancia que caracterizó a su anterior producción, casi como un derivado simplificado (aunque no por ello menos interesante) de toda su discografía. Discografía, que cualquier fanático de la banda debería tener y que es tan fácil de conseguir como navegar en alguna web de anuncios clasificados.

En Ghost Stories está el amor como tema central, y es que su concepción coincidió con la separación del vocalista y su esposa, la actriz Gwyneth Paltrow (Iron Man), por lo que el sentimiento de nostalgia y añoranza se encuentra presente en todas y cada una de las canciones, si bien a diversos niveles y en tonalidades distintas, como una serie de delicados poemas dirigidos a ella. Esto da como resultado un setlist sumamente personal y emotivo, cargado de melodías pausadas y ritmos lentos (“Always in my Head”, “O”), dejando tan sólo un par de canciones que recuerdan un poco a Mylo, como lo son “Ink” y “A Sky Full of Stars”.
Definitivamente estamos ante uno de los mejores discos de la banda, que si bien en los últimos años ha ido modificando su estilo, en esta ocasión nos demuestran que la esencia de Coldplay está más viva que nunca.

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