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El hechizo de Jay-Jay Johanson

Jay Jay Johanson deleitó a sus seguidores en C3 Stage. Foto: Mónica Gómez.

Por: Abraham Mercado (@abrahahahaham).

Además del día del amor y la amistad y el aniversario de la fundación de Guadalajara, el pasado sábado 14 de febrero también se llevó a cabo el concierto de Jay Jay Johanson, quien ya nos había visitado anteriormente en el olvidado festival Sonofilia, para presentar su disco Cockroach, que a pesar de haber sido lanzado en 2013, fue la primera vez que tuvimos el deleite de poder escucharlo en vivo.

Dolphant fue la banda abridora. Foto: Mónica Gómez.
Dolphant fue la banda abridora. Foto: Mónica Gómez.

Antes de que el sueco tomara el escenario, el grupo mexicano Dolphant subió para compartirnos su propuesta electro rock; tocaron poco, pero de manera muy amena y manteniendo la atención del público.

A eso de las diez y media o casi once, el escenario comenzó a montarse, para que poco después Jay Jay subiera y comenzara el hechizo. Canciones de sus trabajos anteriores así como del más reciente fueron coreados por todo el público.

Hay que decir que no fue un espectáculo muy impactante, pues el concepto bajo el cual trabaja el artista no es tal, su apuesta va más por la atmósfera sonora, la cual nos sumerge en un ambiente inigualable. Su capacidad vocal fue lo que cautivó mi atención todo el concierto; el tono y el sentimiento que transmite durante cada canción en la versión de estudio, pasa casi igual a la versión en vivo; no jadea, no se le va el aire, no desafina; en fin, tiene una voz privilegiada.

Jay Jay Johanson deleitó a sus seguidores en C3 Stage. Foto: Mónica Gómez.
Jay Jay Johanson deleitó a sus seguidores en C3 Stage. Foto: Mónica Gómez.

A medias de la presentación, cantó una canción “que nunca antes se había escuchado”, con lo cual terminó de desmayar a sus fans, mismos que al momento que se fue, comenzaron a gritar “¡otra, otra!”, como ya es costumbre. Para el encore, Jay Jay Johanson regresó, dijo unas cuantas palabras conmemorando el aniversario de la fundación de Guadalajara, y tocó un par de canciones más.

En general, fue un concierto ameno y relajado, no hubo más problemas, no hubo demoras ni fallas técnicas. Al final, el cantante se despidió, y sin más, salió del escenario, en lo personal, una mala costumbre que tienen los artistas de cortar al público, que queda desorientado por un par de minutos para después resignarse a salir del lugar.

El Descafeinado

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