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El rey ha muerto ¡Viva el rey!

Chuck Berry, el padre del rock and roll, falleció el pasado 18 de marzo a los 90 años.

El auténtico, el genuino, el verdadero padre del rock’n’roll ha muerto y deja huérfanos a todos los que, de una u otra manera, amamos la música. Lo peor de todo es que la mayoría no sentirán esa orfandad, no sentirán la pérdida pues en esta sociedad super inter conectada en la que vivimos no hay una verdadera ansia por conocer, por bucear en la arqueología de la música del pasado siglo para ser conscientes de que se ha ido alguien que está por encima de la figura típica de estrella del rock. Se va un icono cultural, un superviviente, la fiesta en el más allá promete, todos los difuntos que fueron algo en el mundo del rock esperan a las puertas del Valhalla de la música la llegada del que, por derecho, es padre de todos ellos.

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La historia de la música marcará en el calendario con círculo rojo y crespón de luto negro la fecha en la que Charles Edward Anderson Berry trascendió su envoltorio mortal para convertirse en el mismo tipo de energía que hacía salir de su amplificador cada vez que tocaba la guitarra.

La mayoría de los nuevos jóvenes músicos no sabrán ni quien era ni lo que hizo y lo más importante, no serán conscientes de algo de capital importancia…todo lo que hacen, todo lo que componen, su estilo de vida y amor por un género no podrían haber sido, o al menos no habrían ocurrido de igual manera, si el genio de Chuck Berry no hubiera puesto patas arriba la música dando pie a la revolución cultural que, desde Estados Unidos, se extendió como una onda expansiva por todo el planeta.

Mi primer contacto con la música de Mr. Berry tuvo lugar en un cine de mi localidad natal. Contaba con 6 años de edad cuando mis padres me llevaron a ver el estreno de Back To The Future y recordaré toda mi vida la increíble secuencia en la que Marty McFly tocaba «Johnny B. Goode» en el baile del instituto donde estudiaban los que serían sus padres. Me quedé extasiado, a esa edad no suelen fijarse gran cantidad de recuerdos pero ese, estará en mi memoria siempre. Aunque el genial músico no apareciera en pantalla tengo la sensación de que los primeros acordes de la canción, la introducción de guitarra más memorable del rock, cambiaron mi vida para siempre y me dirigieron en un loco camino por el que llevo más de 20 años deambulando guitarra en mano.

Esos riffs llamaron a una puerta en mi cerebro que estaba ansiosa por abrirse para dejar pasar el vendaval de influencias que marcarían mi vida como ser humano y profesional de la música.

Las palabras originales eran, por supuesto, «ese pequeño muchacho de color podía tocar», comentó Chuck para la revista Rolling Stone en 1972. «Las cambié a ‘muchacho del campo’, de lo contrario no habría llegado a la radio». Estas palabras explican perfectamente por qué la figura de un portentoso pero no tan genial Elvis Presley eclipsó y ocupó un trono que por derecho no le pertenecía. Ser negro en aquella época era una losa muy pesada para competir con un guapo muchacho blanco que movía las caderas y cantaba de infarto pero que no tenía la capacidad ni el genio compositivo del maestro de color.

Fueron muchísimas canciones las que alumbró Chuck Berry y no es el caso en este artículo hacer una biografía ni un listado que cualquiera puede consultar en Internet, pero temas como «Maybellene», «School day», «Roll over Bethoven» o «You never can tell» deberían estudiarse en las escuelas por conformar un fresco socio cultural de una época y de una forma muy concreta de entender la música y la vida.

Estuvo en la cárcel, vivió los excesos como pocos y encima sobrevivió a sus coetáneos. Adaptó el blues con una visión que pocos o ninguno tuvieron en aquellos primeros años de experimentación porque no nos engañemos, el rock fue un experimento que salió bien, salió demasiado bien y se convirtió en otro producto para que los mass media pudieran llenarse los bolsillos como siempre suelen hacerlo, aprovechando ejercicios visionarios de mestizaje para alcanzar la belleza de algo nuevo, agresivo, hermoso y convertirlo en algo que se pueda fabricar en serie como si de automóviles se tratara.

Mick Jagger en su nota de prensa tras el fallecimiento de su ídolo dijo: “Sus letras brillaban por encima de los demás y arrojaron una luz extraña en el sueño americano.” Ese era el espíritu originario, la tormenta perfecta que quería poner negro sobre blanco donde todo se daba por sentado en una sociedad bien pensante y ultra religiosa, puritana y conservadora. Igualmente en una ceremonia de premios en 2012 donde coincidieron, Leonard Cohen se expresó de esta manera: “Todos nosotros estamos al pie de las palabras de Chuck Berry”. No puedo estar más de acuerdo.

“La gente no siempre se da cuenta de lo poderosos que son los innovadores. No había nada como Chuck Berry en la radio, era como una estampida. Ahora todas esas bandas que le copian tocan más fuerte y más rápido, pero en realidad no aportan nada a ella” comentó en una ocasión Bob Dylan. La innovación está en desuso, la quimera se ha devorado a sí misma y no es que no haya gente que esté haciendo cosas relativamente nuevas, es que ninguna ni de lejos se acerca a lo que supuso la irrupción de este grande de la música armado con su inseparable guitarra Gibson Cherry en un momento donde había que ser revolucionario o morir en una cuneta.

Mil gracias padre, por todo lo que dejaste a tus hijos que en la tristeza de tu pérdida celebramos tu vida y obra como santo patrón de los rockeros del mundo, da recuerdos a los que se fueron antes que tú, aquí seguiremos disfrutando de tu legado en cada concierto, en cada banda que arriesgue.

Mientras haya un papá enseñando a su hijo a tocar con una guitarra el riff de entrada de «Johnny B. Goode» el rock seguirá vivo. Por todo esto y mil cosas más que no caben en el artículo de este humilde músico gracias Chuck, gracias papá Berry.

Texto: Javier Titos García.

El Descafeinado

Radio y magazine de música y cultura emergente ☕. Haciendo ruido desde 2009.

2 Comments

  1. […] “Decidí dejar la heroína el día que el médico me dijo que había estado varios minutos clínicamente muerto”. Estas palabras en una entrevista a Dave Gahan, vocalista de la banda de pop rock electrónico más famosa de la historia de la música, significaron un antes y un después en la carrera de la formación británica y serían el preludio del nacimiento de Ultra, el disco oscuro que trajo la luz a los británicos. El yonqui ha muerto, viva el rey. […]

  2. Amén!
    Tu nota lo dijo todo, se fué el mas grande, igual que muchos en latinoamerica lo conocí a través de back to the future, pero soy de esa especie que cuando escucha algo me gusta ir a los origenes, tenían que haber muchas mas canciones de donde llego ese riff, y descubri mas que al hombre, al GENIO.

    Estupenda tu nota.

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