Entre la neblina y la brisa del río Don, en la parte más occidental de Rusia, se encuentra la ciudad de Rostov. La enigmática urbe de donde emergió una de las agrupaciones indie más reconocidas del gigante euroasiático, Motorama.
Formados en 2005 bajo la posmoderna -e insistente- alusión a la estética retro, el grupo dialoga continuamente con influencias como Nick Cave, Leonard Cohen, Kraftwerk, Joy Division o The Sound, donde redescubre los sonidos del post punk setentero con agregados gélidos y lejanos que rememoran a las latitudes del new wave inglés.
El quinteto cuenta con tres placas de estudio, la última de ellas de nombre Poverty, fue editada en 2015 bajo Talitres Records y sonó en mayo de ese año en Puebla y Monterrey, aunque no llegó a Guadalajara. Previo a esto, en 2014 ya habían subido al escenario del Vive Latino.
En esta ocasión los rusos arribarán a la capital tapatía para irrumpir con un sonido gastado por las nuevas generaciones, sin duda poco innovador, aunque bien ejecutado y que abre la puerta a la importación de bandas de Europa del Este, poco exploradas en México.
Motorama se ha consolidado como un fenómeno musical de calidad desde hace una década, logrando aceptación en gran parte del mundo, sólo hay que ver la cantidad de países que visitan en sus giras cada año, pese a tener relativamente poco material editado. Eso sí, su estrategia ha sido inteligente y es posible encontrar algunos de sus discos de manera gratuita en su sitio web oficial.
Entre sus temás más representativos se encuentran «Wind in her hair», «Alps» o «Heavy wave», donde sus videos expresan claramente su estilo sobrio con imágnes en blanco y negro o sepias, estéticas nostálgicas y añoranzas a décadas pasadas.
En esta nueva incursión por México, Motorama dará tres conciertos: uno en el Lunario de la Ciudad de México el 5 de febrero; el 6 en C3 Stage de Guadalajara y el 7 en el Café Iguana de Monterrey. Aquí puedes conseguir boletos.
Texto: @eldescafeinado.