La cantautora chilena nos platicó de «Eterna», su segundo material publicado; también de su relación con México y sobre la escena independiente de su país.
Si eres usuario del metro de Ciudad de México es posible que te hayas encontrado a Ignacia Navarrete en la rotación de videos de sus estaciones. Ese fue el comienzo de una relación entre la cantautora chilena y el público mexicano.
Ha pasado una década desde que Ignacia incursionó en el mundo de la música popular, cuenta desde su natal Santiago en una conversación que El Descafeinado mantuvo con ella en diciembre del año pasado. Ignacia se encontraba promocionando su tema y videoclip «Ven y quédate», mismo que ya podía verse en México desde hacía semanas, por cierto, filmado en Tulum, Playa del Carmen y Guanajuato por el videógrafo chileno Pascal Krumm.
El sencillo, que pertenece a su segundo material nombrado Eterna, construye un pop más natural y profundo respecto a su material debut (y homónimo), el cual ya va para la década. Ignacia alude a la madurez, explica: «pasan los años y la manera de composición va cambiando, también los gustos». A eso se suma una búsqueda constante, tanto de líricas como de estilo, el cual se confiesa completamente pop.
La producción corrió a cargo del reconocido ingeniero inglés Barry Sage (The Rolling Stones, New Order, Charly García, Los Ronaldos) y la arreglista Ángela Acuña (Los Bunkers, Ángel Parra). El acordeón, el violín, el chelo, el trombón o la mandolina son elementos con los que juega y experimenta para lograr un sonido orgánico, «una mezcla de instrumentos entretenida» apunta.
«Eterna fue un disco más autobiográfico sin la intención de serlo, sin querer contar mi vida y mis experiencias, resultó ser así. Eterna habla mucho de mí como persona» narra desde su aparato celular. Con carácter afable y entre risas, Ignacia agrega que su inconsciente va un paso más adelante que su consciente, «siempre ha sido más despierto que yo», bromea.
En este material, Ignacia Navarrete resume sucesos recientes de su vida personal con canciones que son muy honestas. «Un disco redondito», refiere. Ahí está el ejemplo de «Contigo», un tema que habla del amor de la relación con un hijo, «de la belleza de ese amor que uno siente por la familia». «En definitiva es un disco que habla mucho de amor, de relaciones, de olvido, de tener que dejar ir, de seguir adelante», agrega.
Sobre su primer sencillo, «Ven y quédate», la chilena alude al pasado, a la nostalgia: «ver lo que tuviste y que ya no está, y que por mucho que quieras ya no va a aparecer, ya sea un amor, una persona en tu vida».
Los inicios de Ignacia Navarrete
Oriunda de la capital chilena, Ignacia se formó en guitarra clásica desde que tenía 13 años, desde entonces, su inquietud por experimentar nuevas formas dentro de la música la llevaron a lanzar un primer disco en 2011. Ella lo recuerda como una buena experiencia, grabaron en Santiago y masterizaron en Capitol. «En mi primer disco quería hacer un rock pop bien fuerte, potente» recalca, y evoca referencias como Franz Ferdinand y U2, agrupación que marcó su estilo de manera contundente.
Chile, tierra de artistas
El movimiento de la escena chilena es más que evidente. La canción como un recurso, casi como una extensión de la poesía que tanto ha marcado al país sudamericano, se hace presente a través de multitud de ritmos.
Pero no lo es todo, las mujeres cobran un protagonismo especial y de ello habla Ignacia Navarrete: «Hay un movimiento muy fuerte de música y música creada por mujeres, lo que es muy bonito y potente. En definitiva cada vez nos empoderamos más en todas las áreas».
Asegura que hay mucha creatividad y bandas nuevas, de las cuales percibe que tienen una buena acogida en México. «Hay una diversidad importante y un proceso creativo en constante desarrollo, Chile es un país de poetas y músicos».
Este ecosistema musical ha generado la necesidad en los artistas de mostrar su trabajo y buscar «otros tiempos» en escenas de coordenadas hispanoparlantes como México, Argentina o España, relata Ignacia.
«Chile en general tiene un movimiento artístico comprometido con los derechos humanos, la conciencia social, de preocupación, de cuidarnos los unos a los otros, en definitiva hay mucho movimiento y mucha música saliendo de aquí» concluye la cantautora, calmada y de aires risueños.
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Texto: @DiegoKoprivitza.