Por: Hugokoatl Galván (@RockticiasLED).
You’re not dying,
everyone knows you’re going to love
though there’s still no cure for crying.
En «Firewood».
Previo a la salida de What We Saw from The Cheap Seats, Regina Spektor había declarado que este álbum nuevo sería divertido, lúdico. La portada parece ser una directriz de eso. Pero la nueva placa de la rusa no es del todo juguetona, no es tan circense como podría haberse esperado. Sí, hay juegos y es todo un agasajo para el oído, pero la melancolía de Spektor sigue presente en más de una rola.
La voz de la ojiazul es lo más juguetón del álbum. En «Small Town Moon», «Oh Marcello!», «Don’t Leave Me» y «Open» ella demuestra las diferentes tonalidades, intensidades y ritmos que puede darle a su voz; puede sonar desde sorprendida, enojada, asfixiada, enamorada, en fin, Regina expone el histrionismo de ese instrumento en, sobre todo, esas cuatro canciones. El piano, eterno compañero de la rusa, continúa siendo la columna vertebral de sus composiciones. «All The Rowboats» deja claro ello. «How» es toda una joya en ese aspecto: Spektor hace del sexto tema del álbum un soul lacrimógeno.
Las letras de What We Saw from The Cheap Seats carecen de lo lúdico de la voz. Spektor sabe hacer letras dolidas y este álbum no es la excepción. La antes mencionada, «How», habla sobre la imposibilidad de amar a alguien que no sea la persona con la que se han compartido los últimos años de una vida. «Firewood» narra el otro lado de la moneda: la recuperación de una relación. En esta ocasión, hay guiños a la crítica política en «Ballad Of A Politician», en la que la letra hace una alegoría entre una relación masoquista; no hay que pensar mucho quién es el sometido.
Si hay que hablar de una que destaque, esta sin duda es la que ha funcionado como primer sencillo: «All The Rowboats». El piano comanda la melodía que sirve de sostén de una letra sobre el arte. Spektor cuenta la historia de los marineros de un cuadro exhibido en un museo que luchan por salir de su frontera: el marco de la pintura de la que son parte.
En sí, no hay grandes cambios en la música de la ojiazul. Quienes ya gustan de su estilo disfrutarán enormemente de esta nueva placa. Y quienes aún no gusten de esta música, What We Saw from The Cheap Seats es una excelente oportunidad nueva para quedar prendados de las composiciones de Regina Spektor.