Por: @DiegoKoprivitza.
Mientras escucho la cadencia de “Everything Will Be Alright”, comienzo a escribir como si las teclas de la computadora fuera el piano de ese blues tan característico del oakie más importante de la escena del blues de todos los tiempos, J.J. Cale.
Hace 74 años comenzó todo. El músico estadounidense nació en la polvorienta ciudad de Oklahoma, tierra de indios norteamericanos y en donde arrancó su carrera a los veinte años. Ahí formó bandas de rock and roll y swing. En ese entonces se presentaba como Jonnhy Cale.
Fue a principios de los setenta, tras trasladarse a California en la búsqueda de sonidos y experiencias, cuando Cale, a través de un amigo en común de la escena de Oklahoma, llegó el que sería su primer gran éxito, “Cocaine”, a los oídos de Eric Clapton, quien apenas iniciaba su faceta solista con un primer álbum homónimo. El estilo único de J.J. Cale fue el referente de Clapton, casi como una iluminación. Se apropiaría por completo del estilo y el sonido de Cale, el verdadero “slowhand”.
De sonido “relajado”, como lo describen algunos críticos, J.J. Cale fue capaz de mantenerse en un plano bastante discreto durante toda su carrera, una carrera de cincuenta y cinco años, más de 20 discos e incluso un documental (Tulsa and back-On tour with J.J.Cale, de Jörg Bundschuh), en la que sólo se encontraban él y su guitarra. La fama nunca le importó.
El eclecticismo musical de aquel lobo solitario, que respiraba blues antes que cualquier otra cosa, fue una de sus características más importantes. El folk, el rock and roll, el country, el jazz, el característico sonido del cajún (ritmo del sur de Lusiana que lo llevó a escribir temas como “Cajun Moon”) y desde luego, el blues, formaban un coctel que se apresuraría a formar escuela: el “sonido de Tulsa”, le llamaron. Y fue de ahí de donde otros grandes de la música bebieron para hacerse de su estilo musical: desde Dire Straits hasta Neil Young, Eric Clapton, Bryan Ferry o Lynyrd Skynyrd, dejando su huella en el blues-rock de los últimos cincuenta años. La lista de versiones de temas de Cale es larga: Santana, Captain Beefheart, Johnny Cash, The Band, Kansas o Spiritualized, algunos de ellos.
Más de medio siglo de carrera
En el 71, Audie Ashworth, productor de los discos de Cale hasta su muerte en 2000, fue quien le sugirió agregar una J más a su nombre: J.J, para no confundirlo con el galés, líder de The Velvet Underground, John Cale (personaje que amerita una buena revisión de su discografía). Ashworth lo animó a grabar un primer álbum para capitalizar el éxito obtenido por Clapton al versionar “Cocaine”.
Naturally fue el nombre de su primer material. No podría tener otro nombre mejor; naturalmente, nada forzado, nada fingido. Se trató del disco que tuvo el segundo de sus grandes éxitos: “After Midnight”, otra rola que popularizó Eric Clapton. El hit fue inminente.
Tras Naturally, siguió Really en 1972, Oakie en el 74 y Trobadour en 1976, discos emblemáticos que maduraron y definieron el sonido de John Weldon Cale, su nombre real. Le siguieron más de 15 discos , entre ellos destacaron Grasshopper en el 82, de manufactura más bien country; Travel Log en el 90, un disco demasiado eclécetico y lejos de ser uno de sus mejores trabajos, Guitar Man en el 96, que recogió sonidos mucho más comerciales; To Tulsa and Back de 2004, placa de country-blues con la que regresó a su orígenes y finalmente, en 2006 llegó The Road to Escondido, LP que le supuso un Grammy como el mejor disco de blues contemporáneo y en el que compartió crédito con Eric Clapton, su inseparable pupilo.
Tal vez el reconocimiento llegó tarde, suponiendo la importante influencia que ejerció el oklahomés al mundo del blues. El multiinstrumentista e ingeniero de sonido, quién solía grabar todos los instrumentos en el estudio, editó un último disco en 2009 titulado Roll On. Ahí canta “Where The Sun Don’t Shine”, recordándonos su naturaleza oscura y su creación solitaria. Cale era un licántropo que se convertía en otro al tocar su guitarra, un tipo duro, un genio discreto.
Falleció apenas el 24 de julio pasado a los 74, víctima de un ataque cardíaco. Su guitarra y su voz suena aún recientes en “Angel”, un tema que aparece en Old Sock, el último disco de Eric Clapton, lanzado en marzo de este año.
Le decimos hasta siempre a J. J. con este playlist con temas que quedan para la posteridad y algunas versiones, a manera de tributo.