Por Abraham Mercado.
Imaginemos un mundo futurista y oscuro, un lugar decadente donde el la corrupción y el sexo es lo que rige el estilo de vida de la sociedad. Ahora tratemos de imaginarlo no con imágenes, sino con sonidos. Así definiría a The Weeknd.
En el 2011 fue lanzado de manera gratuita un mixtape llamado House of Balloons, cargado de melodías electrónicas pesadas, oscuras y de letras contundentes. Siguiéndole Thursday y Echoes of of silence, que tienen el mismo tinte. Con tres mixtapes en su carrera, decide lanzar una compilación de ellos en 2012 bajo el nombre de Trilogy.
Canciones largas, mas no pesadas, con sonidos entrañables es lo que el etíope-canadiense Abel Tesfaye nos propone con su proyecto The Weeknd quien con tan sólo 23 años ya ha logrado posicionarse dentro del mundo underground como uno de los favoritos de la música electrónica.
Ya bajo el ojo de muchos y jugando en ligas mayores, en septiembre de 2013, Tesfaye nos presenta Kiss Land, el primer material de larga duración propiamente de estudio con el que su estilo queda totalmente consolidado. Conforme escuchamos el disco, nos deja en claro que sus objetivos siguen enfocados totalmente en las drogas, el sexo y el dolor.
Desde el primero hasta el último track nos introduce en un viaje lleno de ritmos que van subiendo y bajando, explotando y penetrando en nuestros oídos sin cesar, con su inconfundible voz y coros sintéticos que nos remontan a películas del tono de Blade Runner, pasando por géneros que van desde el R&B, el hip hop, el dubstep hasta el new age dejándonos un sabor místico remontándonos a Era o Enigma.
Sin duda no hay que perderlo de vista, pues es un artista que ha sabido mantener un estilo propio a pesar de ya haber tenido varios trabajos en su carrera y que a su corta edad ha sabido evolucionar firme y ascendiendo. Trilogy, un disco que hay que escuchar.
