Por: Emiliano Monroy / Foto: Carlos A. Narvaez.
Jueves 22 de mayo fue la fecha acordada -y esperada por muchos-; la fecha del concierto de Radaid, quienes celebraron quince años de trayectoria musical.
Radaid es posiblemente una de las bandas más singulares dentro del círculo independiente de la escena musical de la ciudad, y sus ya cinco presentaciones en el Teatro Diana lo demuestran. Y no es para menos, pues cada uno de sus integrantes es un músico completo. Cada composición no sólo demuestra un gran conocimiento de la teoría musical y un amplísimo bagaje de la música del mundo, si no que sobre todo eso, contiene una incesante búsqueda por lograr un estilo nuevo y una creatividad increíble, que combina el rock con música tradicional de la India, China, África, Sudamérica, de las tierras árabes y los lejanos Balcanes.
Para abrir su presentación, Fesway, una agrupación conformada por tres integrantes de los festejados (Fernando, Sofía y Y0lihuani), tocó cerca de una hora para dar paso al plato fuerte, luego de unas palabras de la vocalista de ambas agrupaciones, Sofía Orozco.
Es así como entró Radaid, triunfal: una extensa obra que combinó temas como “La Gitana”, “Rada Rush” y “Nada que sea Real”. El público agradecido aplaudía a los músicos, quiénes les devolvían las gracias con más música, además de traer a invitados especiales. Entre ellos estaba una de la primeras vocalistas, Daniela y la ya reconocida Maricarmen Camarena, que con su imponente voz dotó a la banda de su peculiar estilo.
Durante el concierto se tocaron varios de los éxitos de la banda, como “La Gran Victoria” o “Hombre mirando al norte”, contenidos en una discografía conformada por cuatro placas: Radaid (2003), Luz Escondida (2006), L’intent (2009) y The Willing Parte 1 (2012). La banda dio un un repaso por su trayectoria: desde sus primeras canciones hasta sus temas más nuevos, incluso se tomaron la libertad de presentar una que otra composición de lo que será su próximo disco.
La noche se llenó de acordes árabes, voces melodiosas, y el teatro se colmó de un aura mística y mágica, así como también misteriosa, emanada de los poderosos tambores, djembés y demás percusiones. Las canciones llenaron el teatro con sus atmósferas y el público lo agradeció con aplausos y vítores incesantes durante la velada.
Radaid sigue dando de qué hablar, sigue dando presentaciones, y lo mejor, es que siguen dando qué escuchar. El público los sigue apoyando y los seguirá por mucho tiempo, al menos eso mostró su fiel grupo de fanáticos quienes abarrotaron el Diana. Esperemos que lleguen otros 15 años más.
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