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A 50 años de su partida, Dr. Atl y los paisajes de su vida

La obra de Gerardo Murillo, Dr. Atl, es inmortal, su vida y su obra estarán por siempre en las entrañas de la cultura mexicana.

Voy a empezar arrojando una palabra que posiblemente sea controversial, es esa palabra que lleva por definición como la existencia de algo indefinidamente, tal vez un sinónimo de ésta sea el de eterno, pero me refiero a la inmortalidad, esa condición que de alguna manera supera a la muerte, esa que afirmamos es lo más seguro y personal que tenemos.

Dr. Atl, Rotación Cósima, podrá verse hasta febrero de 2015 en el Instituto Cultural Cabañas.

Porqué hablo de la inmortalidad, ¿podemos nosotros los seres humano comunes y simples ser inmortales?, me atrevo a decir que sí -asumiendo toda implicación al hacerlo. Mi intención en este instante es explicar esa afirmación: las sociedades se construyen, se transforman, se expanden, se heredan así mismas, pero en el seno de estas hay siempre elementos que constituyen las identidades de los individuos como colectividad, estos elementos son el patrimonio cultural, y en México, particularmente en Jalisco, han nacido seres brillantes que lo han dejado todo por el bien de su sociedad, seres humanos que como tú y como yo nacieron, crecieron, se reprodujeron, se enojaron, se enamoraron, y un gran etcétera; sin embargo ellos encontraron la forma de atravesar su propia muerte para dar vida a nuestra mexicanidad. Los grandes ilustres de Jalisco son hoy por hoy los agentes que han dotado de gran fuerza y ejemplo a estas nuevas generaciones que tienen hambre de trascender.

Gerardo Murillo, Dr. Atl, (Guadalajara, Jalisco, 3 de octubre de 1875 – Ciudad de México, 15 de agosto de 1964).

Han sido ya 50 años de su partida, pero yo en lo personal siento que no se fue, Gerardo Murillo “Dr. Atl” es de los artistas plásticos que sin duda alguna dejó su huella de tal manera que a lo largo de este tiempo no deja de impactar a quienes se acercan a su obra y a su vida. Dr. Atl (que en náhuatl significa “agua”) es alguien integral, completo, maestro en la ejecución de su arte, de su paisajismo, amante aficionado de la ciencia, agente de cambio social y político comprometido con su gente, geólogo, filósofo, obsesionado por el conocimiento y apegado a su naturaleza, periodista y un enamorado de la vida con carácter volcánico nos ha dejado una gran herencia artística y cultural.

El maestro de los llamados “los tres grandes de México” profundizó a través de su obra pictórica en el mundo de la ciencia como resultado o consecuencia de su apego con la naturaleza, vemos en gran parte de su trabajo paisajes que con maestría nos enseñan la belleza que nuestro país posee, desde un cerro que envuelve con la paz y calidez, hasta un volcán en erupción haciéndonos ver que también nuestra tierra, nuestra naturaleza tiene una fuerza que no cabe en nuestra comprensión pero si en la del Doctor.

Autorretrato, exposición Dr. Atl Rotación Cósmica.

Dr. Atl, Rotación Cósmica es la exposición que encontramos en cuatro de las salas del Instituto Cultural Cabañas. Logramos percibir las distintas etapas que el gran artista tuvo en su brillante vida. Todo lo que genera la exposición, curada por Carlos Ashida, nos dirige a vivir una experiencia única, desde mi óptica y mi sensibilidad, el Doctor ha “capturado” la esencia de esos paisajes majestuosos por los cuales se vio siempre rodeado. Pero quiero resaltar uno de los momentos de la exposición que en lo personal me dotó de fuerza, de entusiasmo y de miedo también, casi al final del recorrido encontramos el trabajo que realizó en torno al nacimiento del volcán Paricutín, es para mí cuando alcanza su mayor pico en su trabajo creativo-científico puesto que en torno a la creación de estos cuadros logro ver el compromiso que Gerardo Murillo tenía con sus paisajes y consigo mismo. Es de los artistas más completos y es para un servidor un ejemplo de que la inmortalidad existe.

La exposición cuenta con 34 pinturas, 27 dibujos, 11 fotografías y tres documentos bibliográficos, procedentes de museos y colecciones privadas.

También dentro del texto de sala, me quedo con un fragmento que dice:

“El artista debe ser un agente activo dentro de su comunidad; y el arte al parejo de la ciencia, es una vía privilegiada para acceder al conocimiento…” (Ashida, Carlos).

Gerardo Murillo, “Dr. Atl” es inmortal, su vida y su obra estarán por siempre en las entrañas de la cultura de un México que necesita agentes de cambio como él lo fue. Que sea siempre esa fuente de motivación y compromiso social.

Texto: Daniel Ramírez / Fotos: Valeria Mc Millan.

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