«Sus trazos son delicados, sus colores están llenos de viveza y energía, cada dibujo genera un efecto hipnotizante y místico»
Esta cruda actualidad en la que estamos sumergidos nos mantiene enfermos, nos encontramos bajo la suela del zapato de un sistema que nos reprime y que corta con nuestros sueños e ideales. Sin embargo, sé bien que podemos ver destellos de libertad que pueden impulsarnos a vivir de otra forma, a veces creo que el brincolin es la fantasía, esa facultad de reproducir aquello que es o parece ser lejano, de representar ciertos ideales o idealizar lo que ya es real.
Nuestras mentes pueden ser capaces de transformar todo aquello que nos rodea y una muestra de ello es el arte que produce el ilustrador Fher Ferrer. Él es una ventana abierta a su infinita imaginación, se percibe en su trabajo que aún su niño interior lo guía a ser una especie “fábrica” que produce ilustraciones basadas en su imaginación y en la gente que lo rodea.
Sus trazos son delicados, sus colores están llenos de viveza y energía, cada dibujo que vemos generan un efecto hipnotizante y místico, como si hubiera una especie de magia que hace que no dejemos de disfrutar de su arte, pero al mismo tiempo nos envuelve de la fantasmagoría, es decir, de una ilusión de los sentidos debido a que los mensajes de Ferrer van más allá de lo que aparentan sus seres bonitos y tiernos.
Al momento de apreciar la obra de Fher Ferrer hay que tener un lenguaje similar para interpretar lo que nos quiere transmitir, es como si sus imágenes estuviesen dotadas de un carácter infantil-retorcido, debemos prestar mucha atención a esos seres subjetivamente bellos y ostentosos.
Varios elementos y fenómenos se vienen a la mente que se relacionan al ver el trabajo de Ferrer como el ocultismo, pues pareciera que existe en cada trazo un conjunto de prácticas mágicas y misteriosas, con las que pretende penetrar y dominar los secretos de la naturaleza, también, por la influencia del cristianismo que tuvo en su infancia, vemos detalles del misticismo ya que consiste esencialmente en cierta unión inefable del alma con alguna deidad, y va acompañado accidentalmente de éxtasis y revelaciones.
Sin lugar a dudas el gran manejo técnico que posee Fher Ferrer sobre la fantasía es un mero reflejo de aquellos sueños e ideales que se filtran en su capacidad creativa. El material que produce es un buen pretexto para romper algunos esquemas de los procesos creativos, a veces sólo hay que dejarse llevar por la imaginación, atravesar y mirar nuestro entorno con fantasía.
Para conocer más a fondo el trabajo de Fher Ferrer, visita su Facebook oficial.
Texto: Daniel Ramírez, gestor cultural.
