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«Batman v Superman»: detrás de la monstruosa apuesta de Warner Bros

La película no cumple con las expectativas que la misma Warner Bros se esforzó por mantener cuando anunció el retraso de la producción

En poco más de quince años, hemos sido testigos del ascenso cinematográfico de infinidad de personajes provenientes de los cómics – independientemente de la crítica o la taquilla-. Desde íconos como Spider-Man, Fantastic Four, X-Men y los Avengers, hasta aquellos no tan conocidos para el público general, cada uno de los cuales se ha ganado un lugar en la colección; y no, no es coincidencia que sólo haya mencionado a figuras de la misma compañía. A continuación les explico por qué.

«Batman v Superman» ha recaudado más de 400 millones de dólares. Foto: Warner Bros.

Corre el año 2008:

Mientras el público y la crítica ovacionaban The Dark Knight con todas las razones del mundo, Marvel presentaba Iron Man, una película que, en palabras del Nick Fury de Samuel L. Jackson, “se volvería parte de un universo más grande”; esto significaba una o dos películas al año para dicha compañía, en donde fueron presentados Hulk, Thor, Capitán América y otro par de forma individual, mismos que poco después conformarían al primer grupo de Vengadores en el cine. Desde entonces, Marvel ha continuado con esta estrategia -ahora expandida a Netflix con el proyecto The Defenders-, la cual permite el desarrollo de cada uno de sus personajes, para posteriormente incluirlos en sus películas de ensamble, sin necesidad de explicar quiénes son o por qué están ahí.

Superman regresa a la gran pantalla. Foto: Warner Bros.

Desde luego, este un proyecto que Marvel ha construido paso a paso a lo largo de ocho años hasta ahora, un periodo que DC, por su parte, no pudo aprovechar, debido a experimentos como Green Lantern en 2011 o la fallida Superman Returns en 2006, sin contar el hecho de que Batman era, en aquellos días, la única carta fuerte a su favor. Cuando en 2013 – un año después de la primera de los Avengers -, Warner y DC deciden relanzar a Superman con Zack Snyder como director, ambas compañías se dieron cuenta de cuán atrasados estaban en la carrera, por lo cual la introducción de todo su universo parecía ser tan urgente como necesaria, más aún sin el abrigo que la obra de Chris Nolan había significado hasta ese entonces.

Con Snyder a la cabeza, el resultado terminó siendo lo que patéticamente llamaron Batman v Superman: Dawn of Justice.

Batman v Superman: Down of justice

Mi principal problema con Batman v Superman es que la historia -dos horas y media de duración que más bien parecen tres -, pretende decir mucho y al final no concreta en nada; esto significa que el guión, escrito por Chris Terrio (ganador del Oscar en 2012 por Argo) y David S. Goyer (Batman Begins, Man of Steel), carece de una estructura y objetivos claros, o quizás “alguien”, en algún momento de la producción, alzó una barrera entre la idea original y el resultado, pues no sería la primera vez que la compañía a cargo de la película exije cosas que terminan afectando al proyecto (por ejemplo Spider-Man 3 o Fantastic Four).

A esto sumemos que la dirección de Zack Snyder sólo se percibe en la molesta propuesta visual o en las extremadamente digitales secuencias de acción; por lo demás, tenemos a un Kal-El que no logra evolucionar, una Lois Lane que no sabe ni qué hacer en la película, un Lex Luthor de caricatura con apariciones más penosas que brillantes y, en el mejor de los casos, un Ben Affleck con buenas intenciones de suceder a Christian Bale como Batman, pero carente de tiempo en pantalla que se traduce en un desarrollo pobre del personaje, casi tanto como Gal Gadot y su poco espectacular Wonder Woman.

Así pues, yo me pregunto: ¿En dónde termina la culpa de Zack Snyder y comienza la de Warner Bros. por esta desarticulación de elementos? ¿Esperan acaso que nos conformemos con la introducción de un sinfín de cosas sólo con la promesa de que tal vez, en algún futuro, sean explicadas?

Si fue el guión, la dirección, la edición o los productores, no importa: la película no cumple con las expectativas que la misma Warner Bros se esforzó por mantener cuando anunció el retraso de la producción, modificando el título, agregando subtramas y personajes por montones; cualquier cosa que capturase la atención, si no de la crítica, al menos del público de doce años en adelante, con más ganas de ver explosiones que de conectar con la historia.

Pues bien, los números del fin de semana de su estreno indican una recaudación de 420 millones de dólares a nivel global, el cuarto mejor lanzamiento de todos los tiempos en Estados Unidos, según publica el Hollywood Reporter. Así que no es de la taquilla de quien Warner debe preocuparse, sino de los espectadores que ya no aceptan productos mediocres tan fácilmente, ya que, al mismo tiempo, otros más se están encargando de lograr todas las cosas que ellos no han podido hacer.

Texto: Carlos A. Narvaez.

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