Por: Hugokoatl Galván (@AtonalAtono).
Siento celos del demonio.
Siento celos de Dios.
Entre el cielo y el infierno,
tengo celos de los dos.
en “Monstruo”
Sin duda estamos ante uno de los álbumes más románticos de Fobia. Todas y cada una de las canciones ofrecen panoramas llenos de miel o un anhelo posible. No hay lados azotados y los pocos que se acercan a eso son tan coloridos que no permiten bajar la cabeza en ningún momento.
Aunque el teclado no tiene un rol protagónico, tiene momentos de un gran y discreto despliegue. Tal es el caso de «La Búsqueda» y «Pesadilla». En ambas, las líneas del instrumento suenan divertidas, lúdicas. El caso de «Pesadilla» es interesante ya que la letra es de las “tristes” pero el teclado es el culpable de que esa atmósfera no se note.
Sin embargo, no se puede hablar de mejoría en cuestión de las letras. Destruye Hogares no es el mejor disco de Fobia al respecto. «Dinosaurios» tiene un disfraz lúdico y entretenido pero carece de sentido, no hay razón alguna para que la rola lleve ese título. A pesar de ello, hay canciones que bien podrían quedarse en la mente de algunas personas, sobre todo, fanáticos de la agrupación. «Siempre Estoy» suena por momentos a «El Micróbito» (nuevamente, gracias al teclado) y el saxofón en «Vampiros» hace muy atractiva dicha canción.
Siete años tuvieron que pasar para que la banda de Huidobro, Lozanne y la nueva compañía ofrecieran un álbum nuevo completo. Tiene menos furia que su antecesor, Rosa Venus, pero es un disco ideal para aquellas parejas que están en la etapa más dulce de su relación.