Texto y fotos: Ignacio Robles (@Ignaciorobles).
Tres días de música para disfrutarse al máximo, todo un menú musical para conocedores, al cual le faltó gente.
El primer punto a favor del festival fue el espacio donde se realizó, que fue nada más ni nada menos que el Club Hípico Los Alamitos, ubicado al sur de la Zona Metropolitana de Guadalajara, lugar quien vio en todo su esplendor el Coca-Cola Zero Fest en 2008 y que desde entonces no había sido utilizado.
La ubicación y los accesos fueron fáciles de encontrar, muy rápidos en ambos sentidos, de norte a sur y de sur a norte, además se contaban con autobuses que dejaban en la puerta del evento a quienes decidieran tomarlos; cabe señalar que Indio se ha caracterizado querer transmitir esa cualidad de «exclusividad», tanto para los que están en el escenario como para los asistentes, y esta vez no fue la excepción, el trato del personal fue muy servicial y amable.
Lo que definitivamente se llevó un 10 fue la imagen del festival; un terreno bardado con vinilos y graffitis, adornos ecológicos, mensajes sobre el cuidado del medio ambiente y el uso reciclado de materiales, por ejemplo, se usaron bancas de madera hechas con sobras de tarimas que por lo regular se desechan.
Todo era perfecto, clima, la imagen, el trato, y de los boletos no se diga, por 400 pesos ver a todo un line up con calidad musical de nivel internacional era más que accesible. Perfecto, hasta que inició…
El viernes 23, de manera muy puntual, comenzó la fiesta con The Shins, Portugal The Man, Descartes a Kant y The Zombie Kids donde la gente fue llegando poco a poco. La concurrencia se fue acomodando en una gran extensión de césped para ver tocar a los españoles The Zombie Kids, quienes transmitieron gran energía a sus pocos espectadores; conforme fue transcurriendo la tarde con los tapatíos Descartes A Kant el ambiente fue mejorando poco a poco, pero todavía sin generar demasiadas reacciones.
La gente comenzó a llegar cuando preparaban el escenario para Portugal The Man. John Baldwin, el vocalista, y compañía salieron al escenario recibidos por pocos pero muy motivados asistentes, quienes estaban dispuestos a deleitarse con su presentación. The Shins, recibidos por un público entregado que se dispuso a corear sus canciones durante las casi dos horas en las que sonaron sus grandes éxitos, culminando con una primera jornada con una asistencia que dejó mucho que desear.
El sábado 24 pintaba para ser mejor, de igual forma el clima no pedía nada a cambio, fresco, un tanto soleado por la tarde, pero conforme iba cayendo la noche se podían vislumbrar las estrellas y una impactante Luna, con la que daría inicio Pato Watson, quien brindó ese toque de energía que quizá le faltó al primer día de conciertos.
La afluencia de la gente era mucho mayor, y Ana Tijoux (con un bebé en camino) recibió a los asistentes en el escenario; sus frases poderosas, su mensaje y música la hacían estar presente en todo momento. Los asistentes se fueron acomodando hasta adelante, y Tijoux interactuó y platicó con ellos, mientras recibía elogios por su esfuerzo para alargar de manera impecable su voz y aliento en varias canciones.
En este segundo día, muchos deseaban ver a Band Of Skulls, quienes salieron al escenario muy puntuales y deleitando por primer vez al público tapatío con «‘Sweet Sour» canción de su nuevo disco, el público no dejaba de llegar, y como si fuese una olla de presión, la música de la agrupación británica logró la química esperada con la multitud, que comenzó a corear canciones como «Hollywood Bowl» y «Patterns».
El público extasiado por la presentación de Band Of Skulls, y a sabiendas de que seguía Passion Pit, quienes ya se habían presentado con anterioridad en la ciudad hace algunos años, comenzó a acomodarse lo más adelante posible para que, en punto de las 10 de la noche, saliera la banda de Cambridge, Massachusetts causando euforia al público asistente.
Tocaron durante más de 1 hora y media, y se dieron el tiempo de hacer un encore para despedirse y cerrar el segundo día con pirotecnia de papeles brillantes y serpentinas.
El domingo 25 de noviembre, y último día del festival, lo tenía todo para cerrar con mucho poder y energía. El cartel estaba lleno de intérpretes femeninas: Feist, Kate Nash, Annie B Sweet y un entremés musical con Andre VII, sin embargo el público fue recibido con la noticia de que Kate Nash había cancelado su presentación en esta plaza por cuestiones familiares, lo que incomodó a mucha gente, que en algunos casos pidió el reembolso de su boleto.
Andre VII inició la jornada en las tornamesas tocando por más de 1 hora, la gente era poca y la actitud apática. Le siguió Annie B Sweet, quien fue motivando a la gente con sus canciones y una energía que el público no esperaba, por más de una hora la agrupación española se ganó al público jalisciense y relajó el ambiente con una buena sesión de música.
En punto de las 10 de la noche, Feist salió al escenario causando furor; carismática y sencilla, la cantautora originaria de Nueva Escocia, fue moviendo cada espacio sonoro en el aire, deleitando con sus únicos tonos de voz que retomaron -y salvaron- el rumbo de la noche.
Tocó alrededor de 2 horas, inusual en sus sets en vivo; y esta vez, fue muy poca la gente que se quedó presente, casi igual que el primer día con The Shines. Leslie Feist logró complacer al público, el cual salió con un buen sabor de boca al verla por primer vez en la ciudad.
Y así resumimos estos tres días de un excelente menú musical, si asististe a este festival cuéntanos ¿cómo fue que lo viviste? ¿cual es tu punto de vista al respecto?