@pablitovazquez1
Por: Pablo Vázquez Rivera
Respetando a José Agustín este gran escritor mexicano egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, quien por su obra y talento fue un gran periodista y mejor escritor; fundador del Diario Reforma y que en tres ensayos plasmó etapas de la historia nacional, pretendo compartir a ustedes como en tragicomedia mexicana, la tragicomedia rojiblanca, la historia de Chivas que le permite presumir un pasado glorioso y que con el transcurrir de los años se ha convertido en un equipo con una gran historia, pero pocos logros en el presente, mismo que le hizo pasar uno de los momentos más polémicos de sus últimos años, con un futbolista que si bien es importante aún no colabora en nada de real peso, para sustentar la grandeza histórica de Chivas, reflejando su mediocre presente.
Con once títulos conquistados en el futbol mexicano en la era profesional, ocho de ellos no consecutivos, pero sí cercanos entre 1956 y 1970, levantó un título 16 años después en 1896 y un par más en 1997 y 2006, de ahí en adelante sólo algunos episodios gratos en liguilla y un subcampeonato de Copa Libertadores es lo que pueden presumir, pues tras su título, la venta de Javier Hernández al futbol inglés y el segundo lugar a nivel de clubes de América, Guadalajara ha vivido tres años de sequía y de más penas que glorias.
Justo en el lapso de la última semana y tras una cadena de malos resultados desde el torneo pasado, y una goleada en casa ante el Puebla, vieron salir de fea forma y sin dictar sus últimas palabras, a un ídolo artífice de uno de sus títulos, Benjamín Galindo, quien ni siquiera dijo adiós ante un micrófono. En otro episodio y en medio de un polémico intento de salir a jugar al extranjero de un futbolista con condiciones pero desubicado y poco productivo, Marco Fabián De la Mora, quien pidió a gritos irse del equipo, se fue de fiesta varias ocasiones, apuntaba a Qatar, y al final terminó por detener su fugaz salida hacia una nación en la que seguramente enterraría su carrera futbolística, y estará con Chivas al menos un semestre más, con el enorme peso que representa ser presionado y repudiado por una de las aficiones más grandes del país y en el sur de los Estados Unidos, vay contraste con el otrora ídolo y ex técnico Benjamín Galindo.
Chivas parece al igual que México, una nación en vías de desarrollo, su productividad en el campo de juego es baja, sus recursos no son explotados como deberían, su pueblo se muestra cada vez más decepcionado y engañado en medio de disputas internas e informaciones que no terminan por ser tan convincentes, se mantiene a la expectativa de creer en los valores y la historia, tan llenos de páginas de gloria y gozo, para alimentar un presente incierto es de sin sabores, es sólo futbol pero en los sentimientos y las emociones Chivas es tan importante para los mexicanos, como su selección nacional de futbol, como su identidad nacional, como sus creencias religiosas.
Lo mejor que puede pasar es que las cosas cambien desde el futbolista actual que no parece conocer el pasado y el significado así como el significante, en la cultura futbolera nacional, de las implicaciones de sus actos dentro o fuera de la cancha, que han sido en las últimas semanas, tragicomedia rojiblanca en la narrativa del futbol nacional.