Por: Abraham Mercado (@abrahahahaham)
Desde el 25 de abril y hasta el 11 de mayo se llevará a cabo en Guadalajara la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional que por quincuagésimo sexto año consecutivo deleita al público mexicano con lo más destacado de la cinematografía mundial.
En esta edición (primera de dos que se realizarán cada año), tenemos una cartelera bastante colorida y equilibrada; catorce filmes se exhiben en diferentes salas, como la Cineteca Nacional Jalisco (Sala Guillermo del Toro en el Hospicio Cabañas) o el Cineforo de la Universidad de Guadalajara y que van desde los siempre queridos franceses hasta la reconocida animación japonesa pasando por países como Argentina, Alemania, Estados Unidos y, por supuesto, México.
Toda la cartelera es digna de verse, pero hay varias películas que son imperdibles. Por un lado tenemos a Tom en el granero, del reconocido Xavier Dolan, un thriller psicológico conde Tom, un homosexual que, tras fallecida su pareja viaja al pueblo donde será el velorio, tiene que lidiar con su suegra, su cuñado y todo el pueblo que no saben la relación que llevaba con el difunto.
Del otro lado del mundo viene Miyazaki con Se levanta el viento, que, como siempre, promete ser un deleite visual en un filme que cuenta la historia de Jiro Horikoshi, el creador de los aviones con los que Japón peleó en la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, desde la recóndita Dinamarca llega el polémico Lars von Trier con su sonada Ninf()manía, que cuenta la historia de Joe, una ninfómana que, tras ser encontrada golpeada por un soltero de 50 años, decide contarle su vida. Ésta película tiene la característica de mostrar escenas de sexo explícito y real, cosa que le ha costado críticas divididas.
Como punto y aparte, quedan tres películas que encuentro bastante interesantes: la primera es Vamos a jugar al infierno, una película japonesa que recrea a un grupo de jóvenes que ansían la mejor película de la historia involucrándose con clanes yakuzas. Es una rara combinación de falso documental, comedia y gore; algo digno de verse. La segunda es Qué extraño llamarse Federico, donde el octogenario Ettore Scola recrea eventos de la vida de su cercano amigo Federico Fellini, combinando ficción con material de archivo; en definitiva una obra que “trasciende el simple homenaje”.
Tampoco dejemos pasar los estrenos de Grand Hotel Budapest y El extraño del lago, películas de Wes Anderson y Alain Guiraudie, respectivamente
Y por último, habiendo celebrado hace poco los 100 años desde el nacimiento (y los 12 desde que falleció), se presentará el filme en una copia nueva de 35mm La Diosa arrodillada, película de los años 40 con La Doña, María Félix, como protagonista.