“Tener unas cuatro enfermeras, tocar en muchos países y patinar hasta que los huesos aguanten”: Los Viejos.
Hablar de quebrantahuesos nos puede llevar por distintos y espinosos caminos; el vocablo, violento por naturaleza (quebrar huesos no es cosa fácil, ni mucho menos agradable) nos puede remontar a labores que ya de entrada se encuentran en los límites de lo amable, bien podría ser el nombre de una llave de lucha libre, aunque si buscamos un poco, podremos darnos encontrar que se trata de un ave de tres metros de envergadura que se alimenta exclusivamente de huesos y que es llamada científicamente Gypaetus barbatus; un gran pájaro que habita en Europa, Ásia y África y que tiene en la Península Ibérica uno de sus principales reductos mundiales. Un ave en peligro de extinción.
Un quebrantahuesos es también una serie de intervenciones poéticas realizadas en 1952 por los escritores chilenos Nicanor Parra, Enrique Lihn y Alejandro Jodorowsky, poemas visuales que aparecieron por primera vez en la revista universitaria Manuscritos como parte de la “antipoesía” que distinguió la obra de Parra. Una corriente poética fuera de las normas establecidas, contraria a lo establecido y que se distinguía por su discurso burlón atestado de sátira y humor negro, totalmente contracultural.
Y si hablamos de cuestiones contraculturales del underground, Quebrantahuesos (2012) también es un disco de punk de una banda que lejos está de encontrarse en la posición revolucionaria y excéntrica de Parra y compañía, pero que se muestra honesta a la hora de hacer música mediante, eso sí, líricas irónicas, buscando su distinción en una escena punk mexicana que pareciera recuperar su vitalidad. Una banda, que al igual que el gran ave euroasiática, pertenece a ese grupo de los casi extintos.
Se trata de Los Viejos, un dúo de batería y guitarra-voz, que no tiene ni un lustro de vida, aunque en el escenario parezcan contemporáneos del maestro Parra, que no está de más mencionar que este 2014 cumplió sus 100 años de vida. Conformada por Eustaquio (Leo Padua) y Jacobo (Jordi Alacont), Los Viejos se adentran al mundo del punk, el skate, el grindcore y el thrash para darle vida a un disco de siete canciones que golpean con intensidad cual ave de rapiña a sus presas, justamente para romperles los huesos.
¿Qué opina su familia al verlos sobre el escenario haciendo rock con una máscara de viejo?
«… yo creo que les damos asco»
Pero vamos por partes, contextualizaré la conversación que tuve con Eustaquio y Jacobo hace ya varios meses (a principios de febrero), cuando en el marco de un festival -fallido- de la ciudad de Guadalajara, Los Viejos se presentarían junto a otro montón de bandas de punk y subgéneros; fue ahí donde aproveché la oportunidad para entablar con ellos una conversación digital para que me contaran un poco más sobre su proyecto.
Formados en la Ciudad de México en noviembre de 2010, en pleno festejo del Día de Muertos, sus integrantes -que en ese momento aún conservaban sus identidades reales, Padua y Alancont- decidieron disfrazarse con unas máscaras de ancianos para salir de fiesta, encontrando ahí su rasgo característico sobre el escenario: unos jóvenes patinetos llenos de energía punk que aparentan ser unos carcamanes achacosos, unos viejos rancios.
Esto me trae a la mente la serie cómica Cabeza de viejo, cuerpo de joven del programa español Muchachada Nui, donde se plantea exactamente esta situación.
Desde ese momento y hasta la fecha, el dúo llamó a la locura y emprendió un camino musical que añora aquellos viejos tiempos; Los Viejos saben que todo tiempo pasado fue mejor y ahí radica el discurso musical de la banda que se inspira en la llamada old school para montar temas poderosos, llenos de baterías potentes y rápidas así como guitarrazos que escupen furia e improperios de menos de tres minutos. Cabe aquí la descontextualización del término “furia musical”.
En dicha entrevista le pregunte a Los Viejos sobre el material que han grabado hasta el momento, platicaron que su disco debut -el mencionado Quebrantahuesos– fue masterizado por Roy Cañedo y salió a la luz en 2012; además, han publicado diferentes temas en compilados como Prueba esto de Discos Alicia, El Corral Estudio y Grindcore Cinema de Estados Unidos.
Se trata de un disco de confrontación; una reafirmación a la juventud, un espaldarazo a la vejez y a lo que nos hace viejos, que no precisamente es la edad. Quebrantahuesos es pura energía, una tangente a lo convencional que recoge la escencia del punk, el skate y su conflicto eterno con las buenas maneras, sin duda, provocadores.
¿Cual el sueño de Los Viejos?
“Tener unas cuatro enfermeras, tocar en muchos países y patinar hasta que los huesos aguanten”
Las respuestas de la entrevista fueron como sus rolas: directas y sin rodeos, parece que hablan mejor canciones como “Infecccion urinaria”, “Proud to be” y “Caderas punk”, tres temas que la misma agrupación mencionó como imprescindibles para conocerlos mejor, donde hacen gala de su discurso irónico y su poderío musical, elementos escenciales de la banda.
Su opinión sobre el actual punk mexicano es conciliador: “Estan saliendo muchas bandas nuevas con diferentes estilos, muchas arman y se organizan para hacer lo suyo, solo falta unidad entre bandas”, explica Jordi, quien menciona que no cambiarían nada de la escena independiente del país: “Sólo agregaríamos mas leña para que arda, crezca e ilumine mejor”.
¿Qué ha sido lo más difícil como banda?
«Tocar con las putas máscaras» [risas]
Parece que Los Viejos están próximos a editar un nuevo material, luego de que a finales de verano emprendieran su segunda gira por Sudamérica -la primera fue por Brasil-. En esta ocasión fue el turno de Argentina junto a los también mexicanos Terror Cósmico y Tormentas -curiosamente, de Argentina es una película llamada Los jóvenes viejos que protagonizaron María Vaner y Alberto Argibay en los años sesenta-.
El paso por Guadalajara de este dúo conformado por un diseñador gráfico y un profesor de batería, que también arregla maquinaria pesada, incluye festivales como Revolution Fest y en el escenario Intolerancia del Rock por la Vida 8.
[…] Unos ancianos que tocan punk de manera intrépida e irreverente, poco más. La fórmula de Los Viejos es sencilla, sin adornos, solo la crudeza de una guitarra que raspa las distorsiones, una batería […]
[…] fuertes, violencia y símbolos mezclados, el clip editado a 60 cuadros por segundo, hace honor a la podrida música de Los Viejos, agrega el […]