En un prolífico año en que se editaron grandes discos de igualmente grandes bandas (como Slayer, Iron Maiden, Windhand, Napalm Death, Baroness y Ghost, entre muchas más), se convierte en tarea titánica reducirlos a sólo unos cuantos. Sin embargo, aun cuando me gustaron bastantes producciones a lo largo de estos doce meses, mi lista sólo contiene las obras que disfruté (y sigo disfrutando) de cabo a rabo. Helos aquí, mis favoritos de 2015.
Gravitron – The Atomic Bitchwax (TeePee Records)
Lo escribí hace algunos meses y lo sostengo: este disco es el mejor del año. Para leer mis argumentos, aquí.
Luminiferous – High On Fire (Imports Records)
Poderoso, musculoso y a la yugular, el séptimo álbum de la banda liderada por Matt Pike llevó a otros niveles la pesadez en la música. Es una asombrosa sucesión de rudeza pura desde la inicial “The Black Plot”, que nunca baja de intensidad ni gónadas a lo largo de nueve sensacionales tracks. Háganse un favor, y disfruten de este portento en el metal mientras mueven la mata.
With The Dead – With The Dead (Rise Above Records)
Amo y maestro del doom, Lee Dorrian regresó con un golpe de autoridad en el género. Lo que escribí sobre este álbum, aquí.
…Con rabia – Dios Perro (Independiente)
Grandes virtudes componen esta banda de Guadalajara, resultado de cuatro partes que saben complementarse al momento de atacar. Son trece azotes con las que estos perros dan cátedra de energía mediante una raza criada en el grindcore, metal e incrustaciones de punk. Brutalidad y fiereza muestran sus colmillos sónicos, con esa rabia implícita en su álbum debut.
Bajo la influencia – Caníbales (Self Destructo Records)
El tercer álbum de este grupo oriundo del Norte, pero tapatío por derecho propio, es un paquete de distorsión honesta y pura que encuentra su médula temática en el socorrido lema de drogas, sexo (en su faceta más cruel y desgarradora que es el amor) y el rocanrol, pero que también se aventura a explorar en la figura de la muerte y los insondables territorios del ser humano con sus abismos existenciales.
Black Age Blues – Goatsnake (Southern Lord)
Tuvieron que pasar quince años desde que editaron Flower of Disease, para que esta banda procedente de Los Ángeles regresara en forma inmejorable con su patentado doom y stoner con alientos bluseros de primer orden. Riffs sin piedad que se mueven lento, pero que se meten a su paso hasta médula. Todo un tremendo discazo de tonalidades variantes, en donde sólo basta escuchar temas como “Elevated Man” o “Jimi’s Gone”, para rendirles una merecida ovación de pie.
High Country – The Sword (Razor & Tie)
La banda de Texas regresó este año con menos potencia, pero mucho mejor viajada. Mi opinión sobre High Country.
Bad Magic – Motörhead (UDR)
Nadie es capaz de igualar a este personaje con las patillas más queridas en la música al momento de empuñar su bajo y dejar salir su apreciada voz aguardentosa, escoltada por el mejor rocanrol que sigue manejando a sus nada despreciables 70 años. Todo un venerable maestrazo, Bad magic vino a corroborar lo que muchos sabemos casi desde la edad de piedra: Lemmy es Dios.
About Time – Age Of Man (Kozmik Artifactz)
Guardando sus debidas y muy respetuosas distancias, hay mucho de Jimi Hendrix en este trío de Arkansas, pero también se descubren otras influencias y muchos otros sonidos en estado casi puro, que toman desde Led Zeppelin hasta Buddy Guy, pasando por el sabroso boogie de Stevie Ray Vaughan, en diez canciones que descargan un blues eléctrico con retrogusto a penas acompañadas del mejor bourbon.
Discord – Black Overdrive (Oz Records)
La potente banda del DF que se distingue por unos riffs sin misericordia, estrenó álbum en 2015 y esto escribí sobre él.
Bonus Track
The Black Widow EP – Stone Woman
Desde Richmond, Virginia, una fina mezcla de hard rock y stoner con tétricos aires setenteros, en este sencillo de dos caras más que un EP propiamente dicho. Formidable. Ojalá no tarden en sacar un elepé.
Texto: Javier Carrillo.