Los angelinos lanzaron su décimo disco de estudio, ‘Hardwired… to self-destruct’: 12 temas originales, cinco covers y nueve canciones en vivo
Por fin llegó la hora, el tan esperado décimo álbum de Metallica, ese que traería un nuevo amanecer a la escena del thrash metal ya está a disposición de todos los mortales (aunque se filtró pocos días antes del estreno en la red social VK, también conocida como el “Facebook ruso”).
Ok, exageré antes. La verdad es que mucho se habló y se especuló sobre este nuevo material. Después de la publicación de ‘Hardwire’ –su primer sencillo-, la ‘prensa especializada’ comenzó a vociferar que la banda “había regresado a sus orígenes”, que era el “renacimiento del thrash” incluso llegué a leer que este nuevo trabajo sería su magnum opus en el ya muy evidente ocaso de su carrera. Por supuesto nada de esto resultó ser cierto.
Yo, por otra parte, fui más conservador. Después de escuchar los primeros tres sencillos me quedé en un estado neutro, esperando a escucharlo completo (como se debe), pero sin altas expectativas. Hace poco escribí una nota en la que puse de manifiesto lo que esperaba de ‘Hardwired… to self-destruct’. En aquella ocasión señalé varias razones por las cuales esperaba un disco decente, no sensacional, grandioso, espléndido, ni glorioso, sólo decente. Hoy, a pocos días del lanzamiento puedo decir que tenía razón.
El álbum en sí no es tan malo, tiene una producción excelente, algunos buenos riffs y temas interesantes, ‘Hardwire’, ‘Spit Out the Bone’, ‘Here Comes Revenge’ y ‘Now That We’re Dead’ me parecieron las mejores rolas del álbum, el resto más o menos, ninguna terminó de llenarme como lo hacen ‘Master of Puppets’, ‘From whom the bell tolls’ o ‘Hit the lights’.
De los covers no hay mucho que decir, basta recordar el ‘Garage Inc.’ para imaginarse ‘Lords of Summer’, ‘Ronnie Rising Medley’, ‘When a Blind Man Cries’, ‘Remember Tomorrow’ y ‘Helpless’. Lo mismo pasa con las versiones en vivo, si escuchaste o fuiste parte de ‘Orgullo, pasión, y gloria: tres noches en la Ciudad de México’, eso es.
Dejando de lado un poco el disco, uno de los detalles que más me fastidió en torno a este material de Metallica, además de la exagerada adulación por parte de muchos medios y el hecho absurdo de hacer tres álbumes que en realidad son dos (en total son 12 temas originales, cinco covers y nueve canciones en vivo), fue la exagerada promoción que le dieron en los días previos al lanzamiento, porque si bien para unas personas puede ser algo magnífico o como dijo un camarada, un lujo que sólo ellos se pueden dar, a mi de verdad me hostigó bastante el hecho de que hayan hecho un video por cada pista, terminabas de ver uno y ya había cuatro estrenos, a eso se le llama spam, el único que disfruté fue ‘Murder One’, en el que hicieron un tributo a Lemmy y a Motörhead.
Al final del día tuvimos un álbum decente que resultó completamente intrascendente. En otras palabras, después de tanta espera, tuvimos un ‘ReLoad’.
Texto: Daniel Pimentel Michel.