Es una grata sorpresa ver a artistas que, como Melissa McCarthy, solo habíamos visto en comedias palomeras, de pronto den un salto a dramas de un corte más independiente y, no sólo eso, sino lograr desempeñarse de manera magistral.
«Basada en una historia real» comienza a ser una frase bastante famosa en los últimos años, cada vez son más las películas inspiradas en hechos reales y cuya fórmula tiene su base en iniciar con dicha frase, seguir con la vida dramatizada del personaje en cuestión hasta llegar al punto por el cual es famoso y terminar con títulos explicándonos qué es de ese personaje actualmente. Muchas de estas obras son basadas en mismas memorias que los personajes escribieron y que fueron best sellers en su momento. «Can you ever forgive me?» (o «¿Podrás perdonarme?» su título en español) no es la excepción a esto.
¿De qué va «Can you ever forgive me?». Bueno, nos cuenta sobre Lee Israel, una autora que, después de encontrarse en un bache creativo en su vida, encuentra de nuevo su camino al éxito falsificando cartas de artistas famosos fallecidos y vendiéndolas a coleccionistas. A decir verdad, la trama es bastante sencilla, no nos presenta ningún tipo de twist, e incluso el resto de la película se adivina en los primeros 15 minutos.
Sin embargo, esta película llamó mucho la atención durante su tránsito por el circuito internacional de festivales, ¿por qué? por su protagonista: Melissa McCarthy, quien interpreta a Lee Israel, y lo hace de una manera tan natural y fluida que ella sola carga con toda la película.
Es extraño (y una grata sorpresa) ver a artistas que, como McCarthy, solo habíamos visto en comedias palomeras, de pronto den un salto a dramas de un corte más independiente y, no sólo eso, sino lograr desempeñarse de manera magistral (nominada al Oscar a Mejor Actriz), Melissa de por sí ya tiene un gran carisma y un don para la comedia, verla ahora llevar sus dotes actorales a otros géneros es definitivamente una de las mejores cosas de esta cinta. Otra grata sorpresa es la actuación de Richard E. Grant (igualmente nominado como Actor de reparto), quien interpreta a su casual mejor amigo.
Sin embargo, la verdad es que la película pudo haber sido más. Tiene grandes influencias de Woody Allen (Nueva York, música jazz, escritores con bloqueos creativos) y la historia bien pudo haber ido más allá y entregarnos lo más entrañable de un personaje bastante interesante. Pero decidió quedarse en una capa más superficial.
En fin, no es una mala película, es entretenida y al salir de la sala te quedas con una buena sensación pero seguro se olvidará en los próximos años. Bien por McCarthy y ojalá esta sea la primera de muchas veces que la veamos hacer cosas distintas.
Texto: Abraham Mercado.