Por: Daniel Ramírez (gestor cultural) / Fotos: cortesía de Justin Moreno.
No sé ustedes, pero ha habido ocasiones en las que me he preguntado el significado de la palabra “libertad”, esa que nos han mostrado en diversas situaciones en distintos contextos y que nos ofrecen, o nos venden, en múltiples colores, sabores, formas, en historias, pasajes, y puedo seguir.
La Real Academia de la Lengua Española nos pone sobre la mesa muchas definiciones, entre ellas está la que refiere a una facultad del hombre de obrar de una manera, o no obrar siendo responsable de sus actos; otra que me llama la atención es la que hace mención de una condición de no ser esclavo, e insisto, existen muchas, sin embargo, para esta singular ocasión, encuentro el significado más cercano para este artista, y dice que la libertad es “la facilidad y disposición natural para hacer algo con destreza”. Me atrevo a enriquecer esta última frase añadiendo que, más que una facilidad o destreza, es una condición del espíritu, es decir que se es libre desde el alma, y eso implica haber adquirido la paz interior y existir en armonía con lo que te rodea, nutriendo tu entorno para fomentar una sociedad de servicio y de amor, y siempre con la disposición de aprender.
Justin Moreno, pintor autodidacta de origen catalán, viajero insaciable quien se estableció en Jalisco en el 2007 y que hace relativo poco tiempo, debido a su naturaleza nómada, dejó las tierras tapatías para emprender su viaje sobre un par de ruedas por América Latina, nos muestra que en su trabajo no cabe la interpretación, sólo nos deja contemplar los colores vivos que se desbordan de sus cuadros. Refleja una gran experiencia en el ámbito pop, puesto que promueve la no necesidad de un gran discurso entreverado de argumentos teóricos del arte para dejarse llevar y disfrutar de la explosión de los sentidos y de la imaginación que evoca de su pintura.
Su pintura es más cercana a un trabajo artesanal, donde plasma figuras importantes de la cultura pop y que las masas han adoptado en su cotidianidad y como grandes influencias en sus formas de vida, es decir, los personajes retratados en la obra de Justin son figuras que han dejado huella en el mundo, y en el mundo del propio artista. Aunque también retrata a las personas que son figuras desde su trinchera, puede ser al viejito más simpático, sabio y alburero de una comunidad, o una pareja de enamorados recién casados.
Ante la obra del peninsular, no hay más que prepararse para una experiencia lúdica que deja una sonrisa en nuestros rostros, pues logramos percibir que el mundo es así, tan lleno de color y saturado de imaginación, y que a su vez, nos invita a pasar a la sala de la libertad, de cumplir nuestros sueños, de sacudirnos los miedos y realizar lo que sea con destreza, fluidez y amor por uno mismo y por el prójimo.
