Por: @eldescafeinado.
En entrevista para El Descafeinado, Jeuhdiel Hernández, bajista de Solarzoo, explica cómo este 2014 ha sido un emocionante año para el grupo, doce meses que han detonado su paso por la música y que los ha motivado a seguir configurando su proyecto, comenzando por la edición de su segunda placa de estudio.
Formada en 2009, la agrupación de electro-rock, Solarzoo, se ha distinguido por su apuesta al trabajo duro. Si bien, los altibajos propios de una banda de corte independiente han menoscabado su continuidad en cinco años de existencia, el ahora cuarteto no encuentra obstáculos para seguir produciendo música que nutra a la escena local del muchas-veces-invisible profesionalismo que azora al indie tapatío.
Sin intenciones barrocas ni vanguardistas, Solarzoo apuesta por lo concreto. Pareciera que la madurez de sus integrantes (Gerardo, Jehudiel, Antonio y Miguel Ángel) se ha volcado por lo práctico, sin que esto altere la calidad de su producto final: rock con bases electrónicas compuesto de líricas bien consolidadas que crean íntimas historias sonoras. La voz de gerardo, profunda y con potencia recuerda vagamente a Billy Idol y la incorporación de un baterista enriquece notablemente el trabajo del bajo y la guitarra, ahora más libres para construír melodías que puedan destacar en sus composiciones.
Está claro que aún hay camino por recorrer para esta banda, que ya estrena su segundo material de estudio; limar la producción, trabajar en su puesta en escena, experimentar géneros y sonidos, son tareas pendientes que seguro se irán cumpliendo a lo largo de su carrera, que han matenido dentro del márgen de lo profesional.
Y es justamente esa una de las características más positivas de Solarzoo, la dedicación al proyecto, la convicción de que su música los lleva por donde quieren, lo que les ha permitido trascender y hacerse notar en la escena local.