La nueva película animada de Charlie Brown es una celebración a aquella caricatura con la que crecieron muchas generaciones.
Hacer un largometraje de una caricatura cuyos episodios no duraban más de veinte minutos es arriesgado; y lo es aún más cuando tiene más de 50 años que se creó. Los grandes estudios le apuestan a la nostalgia pero quieren abarcar un nuevo público haciendo versiones modernas, logrando así no cautivar ni a los viejos ni a los nuevos. Pero este no es el caso de Peanuts.
Por allá del 2006 fue cuando a Craig Schulz, hijo de Charles M. Schulz, creador de Peanuts; se le ocurrió que hacer una película basada en Charlie Brown y Snoopy sería buena idea. El guión quedó a cargo de su hijo, Bryan Schulz, y en 2014 comenzó la producción de lo que la navidad del año siguiente vería la luz. La producción quedó a cargo de 20th Century Fox y Blue Sky Studios, que junto con el director, Steve Martino, ya nos habían traído antes Horton y el mundo de los quién y La era del hielo 4.
La historia es bastante sencilla: Charlie Brown se enamora de la niña nueva de la escuela y hará todo lo posible por conquistarla. A la par de esto, nos adentramos a las personalidades de todos los personajes, incluyendo al queridísimo y co-protagonista Snoopy, quien desarrolla una historia por su parte. Si bien no nos ofrece la gran premisa, la película es un conjunto de ratos graciosos, un humor sano al que el público que vio la caricatura ya estaba acostumbrado.
Sin embargo, el punto fuerte de esta película es la animación. Todos estamos acostumbrados a sentirnos decepcionados cada que animaciones que originalmente son en 2D son trasladadas al 3D. En este caso, Blue Sky Studios logró de manera increíble hacer una versión 3D de Charlie Brown y sus amigos que respeta todas las formas y perspectivas del concepto original. Los ojos, la boca torcida, incluso las manos que tomaban una forma extraña al presentarse de perfil fueron respetados en esta versión.
Es una celebración a aquella caricatura con la que crecieron muchas generaciones, todos los detalles que la caracterizaban están allí: las voces de los adultos a los que nunca se les entendía nada, la risita chillona de Snoopy, incluso los peculiares pasos de baile; todo está allí. Es una película para toda la familia. Si bien no es trascendental, tampoco es pretenciosa, nos da un buen momento de risas y una que otra lección.
Texto: Abraham Mercado.
