Protagonizada por Natalie Portman, Jackie aborda la vida de la Primera Dama estadounidense tras el asesinato del presidente en 1963.
El filme Franco-Chileno-Americano dirigido por Pablo Larraín (No, Neruda) y escrita por Noah Oppenheim, Jackie, viene a convertirse en un documento más, que aportará a la historia presidencial del país multirracial y vecino nuestro, Estados Unidos de América, -personalmente creo que de igual manera en años venideros será un referente dentro de la cinematografía universal -.
La película que fuera estrenada en 2016, llegó a México hace un par de semanas; cuenta un período dentro de la vida de la ya fallecida Jacqueline Kennedy, previo al asesinato de su esposo, el Presidente John F. Kennedy y continúa con la reflexión de cómo este desafortunado evento la obliga a enfrentarse a la soledad, a la apatía de de los que la rodeaban (nunca familia) y la desesperación producto de la acelerada decisión de los dirigentes del país por darle “carpetazo” al asunto.
Nos encontramos ante un filme elegante en su totalidad, con planos fijos mostrando el espacio físico que habita el o los personajes. Siempre generoso con todos los involucrados, porque la vida a todos da y quita por igual, y conste que no es reclamo mi comentario sino reflexión.
El cineasta firma el documento cinematográfico apoyándose de material verídico y lo enlaza al filmado por su equipo a quien dirigió. Lo acertado de esta decisión reside en su atinada selección del material y el acertado posicionamiento dentro del resultado final, produciendo una sensación de estar visionando un producto en su totalidad verídico. En México el director Carlos Bolado realizó esta adecuación en la narrativa de su cinta Tlatelolco: Verano del 68 (2013).
La figura central, el motivo del filme, ese es un ser femenino. Figura sometida al control y la obediencia pero que da vuelta con su rostro y buscar ser ella quien ejecute este control, esa Jackie es la que nos comparte el cineasta chileno.
Natalie Portman es quien prestó su instrumento de trabajo (cuerpo) para ser caracterizado y después presentarse ante la cámara como la Primera Dama. La actriz no es una pionera en este trabajo de la actuación y en este demuestra que la construcción de sus personajes con el paso del tiempo se va volviendo más riguroso y complejo. En entrevista menciona que ensayó una manera de respirar distinta a la propia, con la intención de emular pausas indicadas durante los discursos, además de añadir una pronunciación particular para este papel.
Las imágenes que se capturan en el cine de Pablo Larraín son poderosas, agresivas. Son fuertes a miradas sensibles y también son bellas. El cineasta nos brinda en esta película, un énfasis a la gravedad emocional en que un ser puede estar inmerso tras una pérdida, sea esta material o un compañero.
Jackie aún puede ser encontrada en algunas salas de nuestro estado, no dejen pasar el tiempo antes de que ésta sea retirada.
Texto: Jesús Sebastián.