«Tras la tormenta» es la película más reciente del japonés Hirokazu Kore-eda, quien apostó por un dibujo emocional de los difíciles lazos familiares.
Después de su nominación al premio Un Certain Regard durante la pasada edición del Festival de Cannes, llega a nuestras salas de cine «Tras la tormenta», la más reciente película de Hirokazu Kore-eda («Nuestra Pequeña Hermana», «De Tal Padre Tal Hijo»), protagonizada por Hiroshi Abe y Yôko Maki («La Maldición»).
La cinta cuenta la historia de Ryota (Abe), un solitario escritor divorciado en plena crisis creativa, quien, tras la muerte de su padre, intenta hacer un esfuerzo por acercarse a su familia. La oportunidad se presenta cuando una repentina tormenta azota la ciudad y lo obliga a pasar la noche al lado de ellos.
De entrada debo decir que «Tras la tormenta» no es una película fácil de ver, ya que, de sus casi dos horas de duración, el director se toma la primera mitad para introducirnos a la historia y presentarnos a sus personajes, un tiempo que para ciertos sectores del público —en los que me incluyo—, se traduce en un ritmo pausado que, sumado a las particularidades sonoras del idioma japonés, puede llegar a ser tedioso.
Sin embargo, todo se compensa cuando llega el punto medio o, en otras palabras, cuando el ciclón finalmente llega a tierra. Por otra parte, el guión —también escrito por Kore-eda— toca una serie de temas tales como la pérdida, el resentimiento y la añoranza, mismos que el director aborda de una forma sutil, pero no por ello menos contundente, presentando al espectador el discurso de que, muchas veces, en la cotidianidad se encuentran los más puros matices de nuestra humanidad. Desde luego, la efectividad de este discurso recae tanto en el trabajo del director como de sus actores, de entre los cuales destaca el trabajo de Kirin Kiki, ya que su elocuencia y carisma en el papel de Shinoda (madre de Ryota), crea momentos divertidos que despuntan en un entorno por lo demás espeso.
«La concepción de la idea para esta película se remonta a 2001. Después de que mi padre murió, mi madre empezó a vivir sola en una urbanización. Cuando yo volví a casa para verla durante las vacaciones de año nuevo, pensé que algún día me gustaría filmar una historia sobre esta finca. Lo primero que me vino a la mente fue una escena de caminar a través del complejo de edificios con hierba que se había vuelto muy hermosa la mañana después de un tifón. Tenía recuerdos de cuando era un niño de recoger el árbol caído ramas en mi camino a la escuela. Recuerdo lo hermosa que era la finca después de la tormenta. A partir de ahí, centrándose en los acontecimientos que ocurren en la noche de un tifón, la historia de un la familia comenzó a tomar forma», explica su director, Hirokazu Kore-eda.
En conclusión, «Tras la tormenta» es una película para aquellos que disfrutan de historias sencillas e independientes, con un mensaje profundo y pocas obligaciones rítmicas o narrativas, pero que, con el temple adecuado, puede llegar a ganarse no sólo la atención, sino el corazón de prácticamente cualquier espectador.
Texto: Carlos A. Narvaez.
