La música de Kristos Lezama vuelve, sin quererlo, hacia la crítica social, pero de una manera más natural, con sutileza.
De Kristos Lezama siempre, dice el escritor Sergio Fong, «…tienes que escucharlo en vivo para entender su rollo…». Y el propio cantautor lo confirma cuando le contamos este comentario frente a una taza de café, una noche fresca de inicios de julio en el callejón Coronilla. Añadiendo conmovido, Kristos, que ningún disco ni grabación puede suplir la experiencia única de escuchar a cualquier artista de viva voz en sus presentaciones.
El álbum Durmiendo en mis Laureles, grabado en vivo, fue una de las fuentes iniciales con que comenzamos a escucharlo en Guadalajara, y parece ser que en muchas partes este disco ya circulaba, llevando su voz y guitarra a todos lados: en cassette y en los primeros CD pirata que rolaban de mano en mano, de boca en boca, en bohemiadas, reuniones de amigos y momentos de intimidad entre cuates y carnales que compartían su música.
De Kristos, también dice Sergio Fong, que es una persona súper amable que le saluda a todo el mundo y con cualquiera puede cotorrear. De ahí debe sacar muchas de las anécdotas para escribir sus canciones, pintar sus cuadros y grabados.
Plástica y música
Artista verdaderamente multidisciplinario, lo mismo puede realizar joyería y objetos artesanales con sus manos, programar y diseñar blogs para dar a conocer su arte, que pintar y dibujar sobre lienzos, cartoncillos y telas. La plástica y la música siempre han ido hermanadas en su historia vital. A veces dejando descansar un poco la música para dedicarse a la artesanía y la pintura, luego retomando la guitarra y pasando noches enteras componiendo y ensayando. Surcando cafés y foros de todas las ciudades mexicanas posibles, cantando, bailando y tocando ante públicos de lo más diversos; compartiendo escenarios con proyectos y músicos por demás variopintos y notables: Yokozuna, A Love Electric, Real de 14, Jaime López, El Mastuerzo, Rafael Catana, por mencionar tan sólo unos cuantos.
En estos momentos se encuentra muy clavado en la producción de una obra plástica cada vez más honda, significativa y profesional. Grabando en sus ratos libres un disco donde él interpreta todos los instrumentos, mismo que quizá se llame Un tema más…
Influencias
Surgido de un entorno riquísimo musicalmente, sus padres escuchaban trova latinoamericana, folklore mexicano, rock clásico y progresivo. Un disco particularmente de los que se escuchaban en su casa de la infancia en Cuernavaca, imprimiría una huella profundísima en sus oídos y su corazón: Chico Buarque en español. Al inicio no se sentía muy identificado con la instrumentación. Luego cayó enamorado de cada uno de los tracks, pero principalmente, nunca olvidaría «Construcción». Aún hoy siente una enorme fascinación, nostalgia y atracción por esa pieza del cantautor brasileño.
Durante ocho años anduvo tocando donde fuera, en múltiples foros, marchas, manifestaciones, en el transporte público. Entonces vino la primera claudicación. Cansado hasta cierto punto de la música, decidió apartarse por un tiempo para volver a la actividad con sus manos de labrar joyería y artesanías, y vivir de sus ventas.
Gracias a la buena fe de un mecenas inesperado, Roberto Canales, su primer disco en forma, Los Mismos Perros, El Mismo Hueso, ve la luz. Circulando por decenas de estaciones de radio, estudios, antros, cafés, fiestas de amigos. La gente comienza a conocerlo en México y a ubicar sus melodías. La intervención del bondadoso gurú Rafael Catana, le proporcionará el impulso preciso para saltar de pequeños cafés y bares a foros mucho más grandes, como el Alicia, en donde ha tocado repetidas veces, compartiendo con decenas de colegas músicos y proyectos de toda naturaleza. Lugar que por cierto se encuentra entre sus favoritos para presentarse.
El anecdotario
Existe una vieja anécdota en la ciudad de Guadalajara, en el bar Scratch, del callejón Coronilla, en el Centro Histórico, de que un día mientras Kristos se presentaba y cantaba, saltaba y bailaba con la efusividad y desmadrosismo que lo caracteriza, el piso se rompió bajo sus pies.
Muchos lo habían encasillado en esta faceta sumamente relajienta y desmadrosa, aunado a la popularidad de su disco Durmiendo en Mis Laureles, en donde hace gala de la broma, el desmadre, el albur sin igual para acompañar sus canciones.
Un giro importante en su música lo llevaría a grabar y producir Y como el olvido. Álbum sobradamente íntimo, poético, trabajado cuidadosa y artesanalmente, como alguno de sus más acabados cuadros, en donde destacan temas como «Anabel», en cuya lírica todos los enunciados comienzan con la letra a. Parte de su público no comprendería ese viraje más intimista, acostumbrados a reírse, bromear e intimar con él en sus conciertos.
Al finalizar la presentación de este disco, la gente guardó un silencio sepulcral, luego unos aplausos nerviosos y dubitativos. La mayoría de su público no esperaban tal seriedad, acostumbrados a la faceta previa de Kristos.
Resurgimiento
En estos momentos sus líricas y su música han evolucionado notablemente. Resurgiendo de un accidente automovilístico de hace algunos años, como de las cenizas, donde se fracturara la cadera, del cual un día en Guadalajara decidiría rotundamente no quedarse en el suelo y levantarse por siempre. No rendirse jamás. Superar la segunda claudicación.
Ahora su música vuelve sin quererlo hacia la crítica social, pero de una manera más natural, con sutileza. Buscando un punto intermedio entre el Kristos Lezama desmadroso de los primeros años, y el poeta, trovador y pintor maduro que creara el notable álbum Y como el olvido.
«Por esta vía no pasa el tren…» dice Kristos en una de sus letras, cuando hace referencia a los momentos tristes en que ha estado cerca de claudicar, y siempre se ha levantado, más fortalecido y mejor artista en cada ocasión.
Kristos Lezamaes un tipo finísimo que toma con suma seriedad y profesionalismo hasta la más modesta entrevista, fruto de un espíritu templado en cada etapa de su carrera.
Texto: Adán de Abajo.
[…] en ningún género en particular. No se considera rockera, aunque ama el rock. Gusta de la trova latinoamericana, pero nos confiesa que el ambiente de la trova en México le parece muy machista y cerrado, porque […]
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