Liliana Jalili se compara a sí misma y a su música con un ave, aunque no dice esto con palabras, sino con su actitud y con música.
Una tarde en Plaza Fundadores
La trayectoria musical de Liliana Jalili nos recuerda sin lugar a dudas a la de Gerardo Enciso. Estamos seguros de no equivocarnos, y lo decimos con boca de profetas. Aunque mucho más joven y con un estilo diferente, a paso seguro, tranquila, sin prisas, acompasada. Se va posesionando en cafés, plazas, restaurantes, festivales, listas de reproducción. Ganando el afecto, la atención y el gusto de la gente. Con una mezcla que añade al pop otros ingredientes suculentos e indómitos: el jazz, la bossa-nova, el bolero, el blues. Su cultura musical y versatilidad sonora es apabullante, y ella, muy consciente de la misma, sabe integrarla en su voz y su guitarra.
Habiendo iniciado como músico acompañante en las giras de Luis Ku, Lili mantiene en su memoria como un parte-aguas en su carrera, una tocada de la banda de Luis en la Plaza fundadores de Guadalajara hace algunos años. Cuando experimentó el poderoso deseo de crear su propio proyecto y reclutar músicos para armar una banda suya.
Ha tocado de la mano de los mejores percusionistas, guitarristas, violinistas y demás de la Perla Tapatía. Generado, consolidado y compartido en bandas y proyectos como: Tapatíos de Bahía, El Descanso de Claudín, Cuckoosnest, entre muchos otros. Pero sobre todo sola, como lo fue descubriendo en los últimos años, con su guitarra y nada más, es que la vamos ubicando y nos encariñamos con su música.
Dejar los covers a como dé lugar
Como muchos músicos, Lili Jalili inició interpretando covers muy bien seleccionados que aún retoma en sus presentaciones: desde antiguos boleros y rancheras, baladas deliciosas del rock clásico, y sobre todo, llama la atención y es un plus en ella, su dominio de la música brasileña contemporánea, de la cual no sólo es capaz de interpretar las complejas melodías en la guitarra, sino trasladar hermosamente a su voz con el idioma portugués.
Muchos años interpretó covers en diversos lugares: fiestas, reuniones, cafés, bares. Y poco a poco introdujo piezas de su autoría, hasta que su repertorio fue equilibrándose entre lo original y lo de otros autores. Esto representó el descubrimiento y la consolidación de un estilo propio, único, muy contemporáneo de hecho. En donde cada vez la acompañan menos músicos invitados y ella toca, canta y produce su material.
Lili señala que no le gusta ser clasificada en ningún género en particular. No se considera rockera, aunque ama el rock. Gusta de la trova latinoamericana, pero nos confiesa que el ambiente de la trova en México le parece muy machista y cerrado, porque no le pone tanta atención como debiera a las cantautoras femeninas dentro del mismo.
Ella se compara a sí misma y a su música con un ave, aunque no dice esto con palabras, sino con su actitud y con música. Por eso es y ha sido en sus diversas fases, etapas y proyectos: «Ave Muluk», «Ave Jalili», «Cielo Abierto…».
Luego nos revela, conmovida y enternecida, cómo otro de los momentos clave de su carrera es cuando mira los rostros de los niños iluminarse cuando escuchan su música.
Lili ha musicalizado poesía de Oliverio Girondo, Gabriela Mistral, Octavio Paz, Fernando Pessoa, entre otros. Entre sus proyectos se encuentra seguir grabando discos y emprender viajes musicales a Chile y Polonia en tiempos próximos. En la actualidad, una de sus frases más contundentes, hacia sí misma es: «¡Has tu música ya!»
Texto: Adán de Abajo.
