Hace muchos años que veo futbol mexicano y a mi selección nacional, han sido seis Copas del Mundo y bastantes partidos amistosos, de torneos de Concacaf, algunos otros continentales y mientras más los sigo; primero como aficionado, luego como periodista y en otros ámbitos como ciudadano mexicano, compruebo que muchas de las actividades sociales en conjunto, como lo es jugar futbol, tienen un alto contenido de idiosincracia de la comunidad a la que uno pertenece o en la que se desarrolla.
La relación futbol o selección nacional con la política mexicana, además de los usos y costumbres que tenemos en nuestro suelo, son diametralmente paralelos, como si no se pudieran conducir en senderos distintos, ni en ejecución, ni en resultados, pues ambas actividades; futbol y política comparten muchos elementos entre sí.
Primero el carácter de corporativismo y negocio, cúpulas de poder, intereses particulares disfrazados comunes, deseos personales y sueños guajiros disfrazados de sub desarrollo, que terminan en frustración colectiva y estancamiento.
Esta noche la Selección Mexicana de Futbol inicia un microciclo competitivo en pos de un boleto a la Copa Confederaciones, que más allá del torneo y el roce internacional ante los mejores equipos del mundo, campeones de sus zonas geográficas futboleras, representa el ganar o perder ingresos similares por comercialización que ofrece una Copa del Mundo a la Federación Mexicana de futbol y sus clubes. Para lograrlo una vez más se recurre a un bomberazo, que viene producto de cortar un proceso para un entrenador, en esta ocasión producto de un arrebato más que de un ciclo inconcluso por falta de resultados, y que está en las manos de Ricardo el Tuca Ferretti entrenador que muchos años negó tener interés en ser el estratega del equipo nacional.
Porqué la selección es presidencial, bueno en primer lugar porque el futbol mexicano y la selección saben qué les gustaría lograr, sin embargo no han construido vías para llegar a su destino, que en un escenario optimista es jugar cuartos de final de un Mundial de futbol; es decir ser de los ocho mejores equipos del orbe.
Un objetivo que luce imposible si cada vez que llega un entrenador no se sigue un estilo, no se define qué tipo de futbol debe practicar el cuadro nacional, si se carece de identidad y si cada que llega un entrenador, al igual que un presidente, lo que se logró en la etapa anterior no sirve, se desecha o se deja de lado, pues cada quien quiere lograr cosas individuales sin que se parte de base anterior alguna; pues entonces no habría un mérito de la nueva administración en turno.
México en el Mundial 2006 con Ricardo La Volpe
En el inicio de este texto compartí que he visto a México en seis mundiales de futbol, les compatiré también la lista de los entrenadores nacionales antes y durante esos mundiales; claro está los que llegaron después de cada Copa del Mundo, casi como quien llega después de un sexenio, compartiendo el mismo resultado pese a tantos cambios de ideas futbolísticas, justo como en el país varios presidentes ya, algunos del mismo partido, pero con rumbos distintos y métodos que parecen una caminata en círculo.
Entrenadores del Tricolor y los «procesos»
- Previo a EU 1994, César Luis Menotti, dirigió el Mundial Miguel Mejía Barón
- Previo a Francia 1998, Bora Milutinovic, dirigió el Mundial Manuel Lapuente
- Previo a Corea-Japón 2002, Enrique Meza, dirigió el Mundial Javier Aguirre
- Previo a Alemania 2006, Ricardo La Volpe, dirigió el timonel argentino, el único en terminar su proceso de 4 años
- Previo a Sudáfrica 2010, Hugo Sánchez, Sven Göran Eriksson, dirigió el Mundial Javier Aguirre
- Previo a Brasil 2014, José Manuel De la Torre, Luis Fernando Tena, Víctor Vucetich, dirigió el Mundial Miguel Herrera
Previo a Rusia 2014 Miguel Herrera, actualmente Ricardo Ferretti y aún en vías de clasificar al Mundial.
Texto: Pablo Vázquez Rivera.