Versátil, profunda y vanguardista, Björk se ancla en la música experimental con Utopia, noveno disco solista de la multiinstrumentista y productora islandesa.
Hablar de Björk es un terreno escabroso, pues es un artista que no pasa desapercibida ni da lugar a medias tintas: o la odias o la amas. Sin duda, su influencia y su talento son indiscutibles, pues nos encontramos con alguien que se ha adentrado a prácticamente todos los géneros musicales, desde el rock más oscuro y pesado (como en sus inicios con KUKL), el jazz, hasta el más dulce pop (con The Sugarcubes), sin mencionar su larga trayectoria en solitario.
Hace unos días, Björk decidió dejar que su última producción, Utopia, viera la luz. Después de su exitoso Vulnicura, un material oscuro en donde la islandesa nos cantó sobre una dolorosa separación amorosa, decide reinventarse (como hace con cada era) para traernos un disco más esperanzador, luminoso y mucho más experimental.
El disco es producido enteramente por Björk y Arca, con quien ha estado trabajando muy de cerca los últimos años. Hay canciones que nos recuerdan a distintos momentos musicales del pasado, pero con elementos que las unen y les dan uniformidad. Björk es un artista de conceptos, cada álbum tiene un estilo muy específico. En esta ocasión, decidió adentrarse a lo tribal, como ya había hecho en Volta, pero con un tinte más onírico; elementos que abundan en las canciones son los arreglos de flautas y sonidos de criaturas (como cantos de aves), que hacen de este disco una especie de safari en el que cada canción es un paisaje distinto dentro del mismo planeta.
Sí es un disco difícil de escuchar, es muy Björk (los fans sabrán a lo que me refiero), pues desde hace años que la cantante hace música cada vez más experimental y se aleja de satisfacer audiencias populares. Esta vez, dejó que su voz se fundiera con la producción, de manera que hay canciones donde escuchamos más la percusión que la letra, como es el caso de «Loss». En otras, como «Features Creatures», que habla de armar un rompecabezas de alguien a quien amamos con partes de otras personas, cuenta con un coro y flautas de fondo, haciéndola sonar bastante mística, una favorita. Por otro lado, «Courtship» o «Utopia», son canciones que van más allá de lo extraño, siendo disonantes e inclusive algo incómodas. Sin embargo, la producción de Arca es impecable y logra que Utopia sea todo un viaje.
¿Favoritas? «Body Memory», «Features Creatures», «Tabula Rasa» y «Claimstaker».
Texto: Abraham Mercado.