La nueva revolución en la sanación a través del sonido

«El sonido nos persigue desde que nacemos, desde que el mundo existe», Luis Z. Fernández, productor y director de cine independiente.

Ser independiente dentro del mundo del cine en México es complicado por las largas jornadas de trabajo de producción, edición y dinero que sale de los involucrados para financiar el proyecto. Esto lo sabe muy bien Luis Z. Fernández, productor y director de cine quien desde hace veinte años se dedica a producir cortometrajes independientes, comerciales, diseñar publicidad entre otras tareas que desarrolla en su agencia Studioalta.

Se licenció de la carrera de Medios Audiovisuales por el CAAV y en entrevista nos platicó un poco de cómo desde que estaba en secundaria su maestro de artísticas les ponía películas y el detrás de cámaras, entonces él pensaba: «Yo quiero hacer eso cuando sea grande» y lo logró. «Soy hijo del cine, mi papá, mi tío, todos, me llevaban a ver películas, cuando entré a la carrera no me apoyaron ni me dijeron que no, sólo me dejaron hacerlo».

Después de muchos comerciales, cortos y trabajar para otros, por fin decidió dedicarse a lo que le apasiona: los documentales, «los documentales son más fáciles porque tienes el control. Todo se va solucionando, hay un estado permanente de cambio, así, es más fácil mezclar lo real con la ficción». Actualmente, trabaja en tres proyectos simultáneos, uno sobre biotecnología, otro sobre educación y el último y con el que ya lleva cerca de un año, titulado Sounds.

Documental homenaje al sonido

Sounds es un homenaje al sonido, a un parte específica, el sonido sanador, the new healing revolution como lo llamó un integrante de la producción. En él, trabaja mucha gente. Entre especialistas del tema y músicos de todas partes del mundo, pretende llegar a ser un documental que además de informar sea capaz de traspasar las fronteras a pesar del idioma, porque el sonido es el mismo para todos.

«El sonido para mí representa algo mágico, la parte poética de la vida», Luis sonríe mientras continúa: «El sonido nos persigue desde que nacemos, desde que el mundo existe, en mis proyectos me gusta hablar del ser, de lo que mueve a la gente, del amor, la belleza, ¡todo! Este proyecto me mueve, aquí estoy  al cien por ciento porque me identifico, por ejemplo, no hago nada si no estoy con la música en los audífonos mientras grabo, produzco, edito y aún mientras descanso, el silencio es armonioso».

Sin embargo, a pesar de ser un proyecto pretencioso, diferente y de gran calidad, Luis junto con todo su equipo se han enfrentado a la cruda realidad mexicana de los «no», desafortunadamente, la parte económica es muy importante para llevar a cabo el proyecto pero eso no lo desanima pues por cada «no» resurge el compromiso que tiene consigo mismo para llegar hasta el final. Ahora algunas personas lo han volteado a ver, lo han apoyado porque se van dando cuenta de la trascendencia del documental. Además de la música que es hermosa, las imágenes tienen el mismo valor que el sonido, los ambientes naturales, coloridos, cálidos complementan la armonía del sonido puro de los instrumentos que emulan los ecos puros del ambiente.

Luis Z. Fernández busca posicionarse dentro del mundo del cine como un mexicano innovador porque lo que está trabajando resulta de la pasión revolucionaria que como dice él: «Es la parte poética de la vida».

Texto: Cristina Lupercio.