Abrimos una pequeña ventana que nos muestra un poco del rock que suena en Australia y Nueva Zelanda; propuestas frescas y emergentes que nos introducen a su vasta escena musical.
«I Couldn’t Trust» de R. F. Coleman (indie rock)
Hace unos meses el escritor, fotógrafo y cineasta australiano, R. F. Coleman debutó como músico solista con un poderoso indie-rock, a veces crudo, a veces abstracto.
La canción se llama «I Couldn’t Trust» y fue co-escrita por Coleman y Joshua Moriarty, conocido por formar parte de Miami Horror y Telenova. Además, fue co-producido por Scott Horscroft (Silverchair, The Presets, DMA’s).
Todo un descubrimiento que debe estar en tu playlist de novedades:
«Dog Park» de Dick Dudley (post punk)
El poder del post punk australiano se hace notar con Dick Dudley, una agrupación de incipiente carrera pero que ya ha dominado su suerte con una interesante propuesta, audaz y enérgica.
Con apenas cinco sencillos en circulación, los originarios de Sidney lanzaron «Dog Park» el año pasado, canción que formará parte de su EP debut, aún por publicarse.
«Alien Jewelry» de Atticus Chimps (stoner rock)
¿Qué hay entre las joyas alienígenas? se pregunta esta banda originaria de la costa dorada de Australia en su sencillo «Alien Jewelry», estrenado hace algunos meses.
Atticus Chimps es un dúo de guitarra-batería formado en 2016, que imprime una poderosa carga de rock desértico, duro y rasposo. Después de navegar por los rincones de la escena musical de su país, Atticus Chimps es una bomba nuclear de rock and roll que está a punto de detonar. Cuando alcancen una masa crítica, el mundo de la música rock no sabrá qué los golpeó.
«I Don’t Mind» de Black Jacket (rock alternativo)
Desde un sótano de una escuela abandonada en Auckland, Nueva Zelanda, Levi Crump, Aron Blaise, Georgia-Lee Holden y Neo Fukushima armaron una banda de rock alternativo llamada Black Jacket.
La agrupación, de reciente formación, ya empieza a dar de qué hablar por su ecléctica y honesta mezcla de punk, rock, indie y folk que plasman en su EP «Take It All». De ahí se desprende «I Don’t Mind», sencillo que, mencionan, es un «grito de alguien que está frustrado y no tiene el control sobre lo que está pasando».
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