La revolución literaria policiaca; un repaso por la novela negra escandinava contemporánea.
Hay diversas teorías sobre el boom que ha resultado la literatura escandinava, una corriente que ha venido a revolucionar y reinventar el género de la novela negra (o policíaca); ese que en muchas ocasiones ha sido ninguneado y relegado pues se encasilló en determinado momento como algo predecible y en el que ningún escritor era capaz de sorprender. Una de esas teorías es que en aquellos parajes fríos y desolados, la gente sale poco y empieza a imaginar grandes crímenes para plasmarlos en sus libros, es decir se le adjudica a que a muchos les sobra el tiempo en casa.
Otra de ellas, es que en los países escandinavos (Noruega, Suecia, Dinamarca) se consume una gran cantidad de pescado, el cual es rico en vitaminas que ayudan al cerebro a trabajar de una forma más despierta, por lo que eso también forma parte de una serie de conspiraciones sobre estos autores que le han dado un giro internacional a lo clásico.
Es un hecho que la corriente la encabezan los suecos Henning Mankell o el propio Stieg Larsson, que no vivió para ver su trilogía de Millenium convirtiéndose en un best-seller internacional. Y bastan justo esos dos nombres para entender que esta corriente se basa por libros que no son políticamente correctos, que tienen personajes humanos y que son entrañables pese a sus múltiples defectos; en comparación, claro está a los que antes lideraban el género negro, como Agatha Christie, James Ellroy, Sir Arthur Conan Doyle, John Grishham, John Katzenbach, entre otros, que comparten el hecho de que su literatura es considerada occidentalizada y, la mayoría de las veces, con personajes correctos, firmes y con pistas que llevan justo a lo que el lector considera es lo correcto, sin esa vuelta de tuerca, muchas veces sádica y sangrienta, que han hecho propias los escandinavos.
La realidad de la novela negra, es que es uno de esos géneros y corrientes que se ha mantenido en el gusto de los aficionados a la lectura, hay montones de libros que hablan de crímenes, algunos ficticios, otros reales, casi todos con su respectivo sello de best-seller en la portada, algo que no es para nada un sinónimo de garantía o de ser un libro de calidad, aunque es un hecho que cumplen con su cometido de entretener.
Hay una frase que existe dentro de la literatura actual: «si la novela que estás por leer es muy negra, seguramente será muy nórdica». Y es que uno de los aciertos dentro de la literatura de esta región europea, se encuentra el hecho de que borra por completo esa etiqueta de sociedad ideal, de lo que pareciera correcto para atacar frontalmente al lector con personajes perturbados y que caminan a contracorriente, y el acierto es que muchas veces caemos en cuenta que no pueden ser juzgados, por el contrario emanan cierta empatía.
Pues a final de cuenta, en el mayor de los casos hablando de los protagonistas, en realidad no son héroes, muchas veces son pintados como fracasados que tienen cierto gusto a ser entes perdedores, alejados de la sociedad. Está el caso del Kurt Wallander de Mankell, un alcohólico, divorciado y mal padre que se sume en cada caso y lo hace propio, muchas veces saltándose la ley, Lisbeth Salander de Larsson, una hacker, rara, antisocial, llena de problemas o bien la Erica de Läckberg, que lucha en un mundo en el que sus suegros llegan a ser una carga, quiere criar de la mejor forma a sus hijos, peor un entorno violento no la deja estar tranquila.
En resumen, son personajes reales, como tú, como yo, como nosotros.
Adentrándose de lleno en la novela negra escandinava o nórdica, una discusión geográfica que no lleva a muchas partes, inicio justamente en Suecia, cuna de los padres de una forma de escribir implacable y que ya ha traspasado fronteras, para que ejemplares sean encontrados en las librerías de todo el mundo. Temas recurrentes entre éstas páginas, van más allá de asesinatos por venganza o por un psicópata, pues son tratados más allá, como por racismo, inmigración, cansancio al mal gobierno, libertad, todo eso que no es bonito ni ideal.
Un dato que es realmente perturbador, y que puede ser como la realidad de que hay detrás de estas novelas, es el hecho de que los países nórdicos tienen la mayor tasa de delitos: por mil habitantes de toda la Unión Europea, además el 20% de las mujeres reconoce haber vivido algún episodio de violencia doméstica y el acoso escolar se está convirtiendo en un mal recurrente en Noruega y Suecia.
¿Quienes son los creadores, las mentes maestras, tras la novela negra escandinava?
Comenzando por Suecia, que es el país con más habitantes de los escandinavos, son Maj Sjöwall y Per Wahloö, quienes son considerados como los padres de la novela negra escandinava, debido a la creación de la saga protagonizada por Martin Beck. Política, una denuncia fija sobre la socialdemocracia que desde su perspectiva pisotea a la clase trabajadora. Son considerados los percusores, ya que se quitaron de encima los estigmas y comparaciones con los estadounidenses. Es un hecho que influenciaron a los que tomarían la batuta.
Peter Høeg, es el representante de Dinamarca. Su obra más reconocida es La señorita Smila, la cual cuenta con una adaptación cinematográfica, y en la que está presente el ritmo de una novela nórdica, cargada de violencia y personajes atípicos.
Uno de los que ha trascendido a nivel mundial, a pesar de que falleciera en 2004, es el sueco Stieg Larsson, quien es quizás el más famoso de todos. Conocido luchador contra el neonazismo, dejó el mundo de los vivos sin saber la trascendencia de su obra, que tiene 3 millones de ejemplares vendidos en Suecia, en un país que tiene 6 millones de habitantes. La trilogía Millenium (Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñó con un cerillo y un galón de gasolina, La reina en el palacio de las corrientes de aire), la cual explota a una antiheroína, que se puede amar u odiar, Lisbeth Salander, un mundo de crímenes cibernéticos, corrupción, violaciones, violencia, un golpe al machismo, crítica a las clases sociales, sumado a otro protagonista como Blomkvist, que representa la angustia, modales dudosos y una doble moral imperativa.
Assa Larsson, también sueca. Llegó para aportar sus propios conocimientos, pues es abogada, igual que la protagonista de sus libros, Rebecka Martinson, de igual forma denuncia el maltrato contra la mujer y presenta personajes femeninos cargados de valores rudos y fríos.
Siguiendo con los dominantes y sangrientos hijos de Suecia, llegamos a Henning Mankell, un hombre de múltiples facetas pero cuyo mayor aporte es la saga del detective Kurt Wallander, un tipo peleado con el mundo moderno, de múltiples vicios, mal padre y que tiene que mantener la cara y posturas de algo que no va con él. La saga se compone de los títulos: Asesinos sin rostro, Los perros de Riga, La leona blanca, El hombre sonriente, La falsa pista, La quinta mujer, Pisando los talones, Cortafuegos, La pirámide, Antes de que hiele, El hombre inquieto, Huesos en el jardín.
Uno más de Suecia, Leif GW Persson, heredero natural de Mankell, gusta de la crítica a la sociedad, cruda, violencia y sangre por todas partes. Además de que es escritor de medio tiempo, ya que su profesión es criminólogo y trabaja para el Ministerio de justicia de su país. El protagonistas de sus libros, Evert Bäkstrom es un detective muy diferente a lo que nos han enseñado los libros, el cine, la televisión; es racista, misógino, corrupto, de esos que odias, pero que es tan humano que acabas por comprender.
Karin Fossum, de Noruega. No ha dado el salto a la fama mundial, pero en la región escandinava es una referente, por lo que sólo se alimentan las ansías de encontrar pronto en los anaqueles sus noveles multipremiadas.
De Dinamarca, Mikkel Birkegaard, le ha dado todo un sentido a los libros, literalmente, tal vez es el de menor influencia escandinava como tal, pues sus tramas son más apegadas a las sociedades secretas, muy al estilo de Dan Brown y su Código da Vinci, simbología y demás dignos de una trama intensa que ha seducido a muchos lectores.
El más importante autor noruego de la actualidad, uno de los que es señalado ya como un maestro, Jo Nesbø, Harry Hole es el protagonista, un comisario que vive en un mundo en el que las vueltas de tuerca están a la orden del día, teniendo un acierto en la forma en que maneja los tiempos históricos, hablando de posibilidades y respondiendo al si hubiera. Y sí, toque de peculiar manera al nazismo.
Jens Lapidus, sueco, es una estrella emergente en género negro, uno que apenas está viendo la luz. Sus tramas se centran en criticar una realidad que pintan como bonita, desentrañando todo lo que hay detrás. Inmigrantes, criminales son los habitantes de una sociedad corruptible.
Kristina Ohlsson, una más de la corriente procreada en Suecia. Además de novelista, trabaja en la Unidad Antiterrorista de la Organización para la Seguridad y Cooperación Europeas, especialista en el conflicto del Oriente Medio, es por ello que le da un toque internacional género, armada con la verdad y ganadora del premio a la mejor escritora del género en 2010.
Y la lista sigue con Lars Kepler, que en realidad es un matrimonio que se ha dedicado a dotar de misterio, horror y casos sobrenaturales al género con best-sellers como El hipnotista.
Camilla Läckberg, la más leída, la más vendida, incluso considerada la mujer más guapa representante de la novela negra. Ha vendido más de 10 millones de copias y es sueca. Sus libros pueden ser considerados más digeribles, sencillos, pero sus personajes tienen cierta perturbación, nada es lo que parece y un pueblo bello, lo sume en la neblina, lo describe como algo aterrador. Hay un tour que recorre los parajes que Läckberg describe en sus novelas, como La princesa de hielo o Las hijas del frío, en las que los valores familiares son continuamente cuestionados.
Muchos más podrían ser desentrañados, pero es que el género de la novela negra escandinava abarca tantos nombres que resulta casi imposible hacer una selección, que al menos pueda ser considerada justa. Pero es así como el género va camino a trascender y ser tomado con mayor seriedad por los críticos literarios, aunque lo más importante hasta el momento es que se han conseguido ganar el corazón de los lectores.
Además de que han logrado influenciar a grandes novelas de autores ajenos a la corriente, como la estadounidense Gillian Flynn, autora de Perdida o el suizo Joël Dicker quien es la mente detrás de una de las consideradas mejores novelas del 2013, La verdad sobre el caso de Harry Quebert, una pieza única que trascenderá generaciones, por lo delicado de la temática, un hombre de más de 30 años enamorado de una de 15, con personajes entrañables, red de mentiras y crímenes a granel.
Texto: Óscar Beltrán.