El filme de Marvel queda muy a la altura de las expectativas y claramente superior a su competencia directa.
Una vez más, México es uno de los primeros países en disfrutar de la más reciente entrega de Marvel; y es que, de nueva cuenta, el estreno en Estados Unidos estuvo programado justo una semana después del lanzamiento en nuestro país. Qué tanto tiene que ver esto con el Día del Niño o el combate a la piratería, no lo sé; el caso es que haber visto Capitán América: Civil War antes de la tormenta de spoilers por internet, simplemente no tiene precio.
Dirigida por los ya favoritos Joe y Anthony Russo (responsables de Capitán América: El Soldado del Invierno en 2014), el tercer y último capítulo en la trilogía de Steve Rogers nos presenta la adaptación de uno de los eventos más aclamados por los fans: la llamada Civil War, un suceso político-ideológico que divide en dos bandos no solamente a los Vengadores, sino a casi todos los superhéroes de Marvel (al menos en su versión impresa), con Iron Man y el Capitán al frente de cada uno.
De entrada, debemos olvidarnos del enfoque del conflicto mostrado en los cómics, pues el desarrollo de la adaptación dista mucho de su material de origen, ya que se construye un conflicto propio a partir del universo cinematográfico mostrado hasta ahora (eso sí, con un par de nuevos jugadores que roban cámara en más de una ocasión). Esto debe quedar muy claro para comenzar lo más neutral posible: de Capitán América: Civil War, los Russo toman prestado lo esencial y nada más. Una vez entendido eso, estamos ante un viaje de dos horas y media cuyas curvas narrativas son similares a las de una montaña rusa, cada una de ellas tan bien pensada y ejecutada como los directores ya lo demostraron la vez anterior.
Ahora bien, tanto Joe como Anthony han declarado recientemente que la conjunción de tantos personajes (sólo Hulk y Thor están ausentes) es una especie de “preparación personal” para el evento en dos partes con el cual Marvel culminará todo aquello que ha construido durante años, mismo que operará bajo la batuta de los hermanos y cuyo título hasta el momento es Avengers: Infinity War Part I & II, a estrenarse en mayo del 2018 y 2019, respectivamente. Pero volvamos al tema.
Si bien tantos personajes involucrados saben más a una secuela de los Vengadores que a una cinta individual, es de resaltar que el guión nos presenta en todo momento al Capitán América como eje central de los sucesos, lo cual es una gran proeza para los realizadores. Sin embargo, esto también desencadena una limitante argumental que, honestamente, ya se veía venir: gran parte del caos (no digo que todo porque el origen del conflicto es otro) se basa en la figura de Bucky Barnes, antiguo amigo de Steve y conocido también como el Soldado del Invierno, cuyo misterioso caso – presentado en la cinta pasada -, será el elemento que detone la ruptura absoluta de ambos bandos.
Este es el mayor acierto de la película: que tanto los frentes principales (Iron Man y el Capitán) como el resto de los involucrados, cargan humanamente con el peso de una situación que se va volviendo más complicada con el paso de los minutos, cada uno de ellos con una perspectiva lógica y particular que se puede percibir al momento del enfrentamiento. En otras palabras, son familia y ellos lo saben… aunque, finalmente, a Tony y a Steve esto termine por importarles un carajo.
Pero muy independientemente de las cuestiones psicológicas y discursivas de la película, la acción y la emoción están palpables en todo momento, logrando secuencias realmente épicas que ya han quedado grabadas en la franquicia, con música, efectos visuales y fotografía totalmente al servicio de la historia. Sin duda, el cuidado de todo el equipo creativo es firme y evidente.
En consecuencia de todo esto, podemos afirmar que Capitán América: Civil War se perfila no solamente como una de las principales cintas de Marvel hasta la fecha, sino como una de las mejores dentro del subgénero de superhéroes; un equilibrio casi perfecto entre calidad y entretenimiento, muy a la altura de las expectativas y claramente superior a su competencia directa. Sin duda, una carta sólida para el implacable reinado de Marvel Studios.
Texto: Carlos Narvaez.
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