Más de 50 réplicas de obras se exponen en la Plaza de Armas en la exposición «El Museo del Prado en Guadalajara», entre las que se encuentran autores como Francisco de Goya, Caravaggio o El Bosco.
Junto a la catedral de la ciudad de Guadalajara, en la plaza de Armas, hay un recorrido marcado por decenas de imágenes que muestran importantes pinturas que están a la vista de cualquier persona que camine por ahí. Son algunas de las más de 8 mil obras que se encuentran en el Museo del Prado de Madrid, y que hasta agosto, toda esta iconografía ocupará el ambiente del Paseo Literario Fray Antonio Alcalde, exposición que lleva por nombre «El Museo del Prado en Guadalajara».
El Museo del Prado se caracteriza, además de su reconocimiento global y su antigüedad, por mostrar a cientos de los grandes artistas de diferentes mundos, como el Barroco. Fue un museo que inició exponiendo los intereses de la realeza en retratos, en el realce de las instituciones eclesiásticas e importantes escenas bíblicas, como esa construcción de Occidente que hasta hoy se admira, pero también, escenas mitológicas, pasajes históricos de naciones europeas, la muestra de otras perspectivas renacentistas y los recuerdos de la arquitectura, se encuentran ahí.
En este conjunto de réplicas, que reflejan de cada obra un ángulo particular que devela en importante medida, un momento y sensaciones dispersas, esos nombres más que conocidos logran acercarse a la gente un poco más. Ahí están Caravaggio y su «David vencedor de Goliat», Rembrandt y «Judit en el banquete de Holofernes» o Rogier Van Der Weyden y «El Descendimiento».
Son más de 50 imágenes que forman esos pasillos al aire libre, imágenes en las cuales, si bien hay una variedad notable, también es fácil identificar el peso de algunos pintores, pues por ejemplo, Diego Velázquez aparece en repetidas ocasiones, y gracias a ello es posible conocer un poco más de «Vista del jardín de la Villa Médicis en Roma», «La rendición de Breda», «Las lanzas», «Los borrachos», «El triunfo de Baco» o su afamada «Las meninas».
Otro de los españoles con amplia presencia en esta exposición es Francisco de Goya, pues están expuestas las imágenes de las pinturas «La familia de Carlos V», «Saturno devorando a su hijo», «El tres de mayo de 1808 en Madrid», «El quitasol» y «La maja desnuda».
Además de las obras pertenecientes al Barroco, se exhiben otras obras como «El jardín de las delicias» de El Bosco, uno de los trípticos más rememorados que muestran representaciones del paraíso, el mundo terrenal y el infierno, y al estar cerrado, se forma una representación del tercer día de la creación según el catolicismo, aunque en el caso de esta réplica, solo es enfocado principalmente en el centro, donde aparece el mundo terrenal.
Además de las obras pertenecientes al Barroco, se exhiben otras obras como «El jardín de las delicias» de El Bosco, uno de los trípticos más rememorados que muestran representaciones del paraíso, el mundo terrenal y el infierno, y al estar cerrado, se forma una representación del tercer día de la creación según el catolicismo, aunque en el caso de esta réplica, solo es enfocado principalmente en el centro, donde aparece el mundo terrenal.
Incluso se agregaron a la exposición obras de autoría anónima, como «Cacería de liebres», pintura mural traspasada posteriormente al lienzo que forma parte del conjunto de pinturas que fueron destinadas a darle vida a la ermita de mozárabe del siglo XI de San Baudelio, de Casillas de Berlanga en la provincia de Soria y que llegaron al Museo del Prado en 1957.
Ver estas y todas las demás obras que forman «El Museo del Prado en Guadalajara», será una oportunidad disponible a toda hora, abierta hasta el 31 de agosto. Esta es una actividad más de las que se han organizado, parte del nombramiento de Guadalajara como Capital Mundial del Libro.
Texto: Eladio Quintero.