¿Qué está haciendo Roma, película de Alfonso Cuarón, para mover las aguas de la industria cinematográfica? Nuestro columnista, Abraham Mercado, hace una reflexión respecto a esta pugna de poder entre los gigantes de la exhibición.
Una de las películas más sonadas este año, y que probablemente siga dando de qué hablar hasta la temporada de premios del próximo, es la más reciente del director mexicano Alfonso Cuarón, Roma.
¿De qué va esta película que a todos trae vueltos locos? Roma trata la vida de Cleo, una ayudante doméstica de una familia de clase media-alta en la Ciudad de México; para evitarnos spoilers, sólo diré que vemos el día a día de Cleo en esta familia y toda una serie de percances que se desenvuelven durante las dos horas de película. En blanco y negro, con una fotografía impecable, un diseño de arte que es espectacular y un diseño sonoro que te deja la piel chinita, la película se posiciona entre una de las mejores del director. Sí, la película es grandiosa en cuanto a su fondo y forma, sin embargo, no es el único revuelo que está causando. Roma es importante para estas épocas porque está abriendo una discusión que era inevitable y que nos morimos por ver el desenlace: los modelos de distribución actuales con los servicios de streaming. Comencemos entonces.
Cuando una película se termina, lo que sigue es hacer que la gente la vea, y para esto era necesario seguir una serie de pasos y procesos, al menos hasta ahora. Normalmente el ciclo de distribución comienza con festivales, donde la película se muestra a públicos «selectos» y en espacios muy específicos, con el fin de que pueda competir por premios, cree cierta expectativa y, con suerte, una distribuidora la compre. Después de su corrida festivalera, que aproximadamente es un año, sigue el estreno en cines comerciales por un tiempo y así sucesivamente con estrenos en televisión, lanzamiento en DVD, y, hasta hace unos años, lanzamiento en servicios de streaming.
Antes para ver una película uno tenía que esperar meses para que llegara a nuestro país. Hoy, con la inmediatez del internet las premieres mundiales son posibles y todo llega a todos lados al mismo tiempo.
Con la llegada del streaming a nuestras vidas, estos servicios dieron justo en el blanco y le ofrecieron al ser humano algo que cualquier otro servicio no podía: ¿ver una película en mi sillón, comiendo, pudiendo pausarla, verla a la hora que sea y sin tener que moverme? ¡Deme 10! Cosa que a los más puristas no agradó para nada: una película fue pensada para verse en pantalla grande y con sonido de calidad. Una discusión que, si me lo preguntan, no tiene caso continuar, a fin de cuentas, la película está hecha para el espectador y éste tiene el derecho de verla donde más le plazca (excepto la piratería, je).
En fin, volviendo a Roma ¿Qué está haciendo esta película para mover las de por sí turbias aguas de la industria cinematográfica? Remontemonos a principios de año cuando Roma iba a Cannes. En Francia hay una legislación que obliga a las películas a exhibirse por cierto tiempo en salas de cine y, años después, en cualquier otro servicio de streaming. ¿Qué sucede entonces cuando la distribuidora de una película resulta ser el mismo servicio de streaming? Pues bueno, quien está detrás de Roma es el monstruo de este sector: Netflix. Después de varios intentos por parte de Cannes para hacer que Netflix estrenara en cines y así Roma pudiera entrar en competencia, finalmente decidieron darse por vencidos y dejar a Cuarón fuera de ella. Una jugada bastante arriesgada por parte de ambos: ¿decirle que no a Cannes? ¿decirle que no a una de las mejores películas de la década?
Sin embargo, Roma no tuvo problemas para entrar a otros festivales, entró al festival de Venecia, donde se llevó el León de Oro, por ejemplo. Pero la estrategia »Netflix contra El Mundo» no paraba ahí, el gigante llevó a su bebé al festival de Morelia, donde causó un revuelo increíble, los boletos volaron en cuestión de minutos y la ciudad estaba vuelta loca. Con esto, la presión del público comenzó a crecer, pues todos querían(mos) verla en pantalla grande y no en la televisión.
Netflix entonces anuncia que será estrenada en «cines selectos» unas semanas antes de liberarla en su plataforma. Y así, la lista de lugares de exhibición alrededor de México iba en aumento ¿Qué significa «cines selectos»? en pocas palabras, todos los lugares menos cines comerciales, es decir, todos menos Cinépolis y Cinemex, los otros gigantes del mercado del cine.
¿Qué sucede cuando tenemos a las dos compañías más grandes en cuanto a distribución de cine queriendo el control sobre una misma obra? La polémica se desata y comienzan las discusiones sobre quién debería tener la razón. Por un lado, Netflix tiene todos los derechos sobre la película y decide cuándo, dónde y bajo qué condiciones se exhibe. Cinépolis, por otro lado, lleva dominando la cartelera y haciendo lo que quiere con ella desde hace muchos años. Ambos ponen sus condiciones, y ninguno quiere ceder. Hace unos días, Cinépolis expresó en un comunicado su interés sobre la película y prácticamente rogaba a Netflix posponer su estreno para poder exhibirla bajo sus términos (estar aproximadamente 90 días en cartelera, etcétera). Así como con Cannes. Aquí no estamos hablando sobre una cuestión monetaria (incluso Cinépolis mencionó que donaría 50% de las ganancias de Roma a asociaciones civiles), ni una cuestión de qué es el cine o dónde debe verse, sino una lucha de poder.
Netflix lleva varios años en aumento y liderando un terreno prácticamente inexplorado, abarcando un mercado que hasta hace poco estaba en manos de unos pocos. Todos quieren tener la última palabra y quieren demostrar que tienen el poder sobre el mercado. Netflix quiere demostrar que puede hacer lo que sea y lo que quiera, pues sabe que todos estamos sedientos de ver Roma. No digo que sea algo malo, pues está abriendo una discusión bastante interesante y que era inevitable ¿Cómo acabará? No sabemos, aún falta ver el resto del año y cómo llega a resolverse todo en la gran contienda de los premios Oscar el próximo año.
Mientras tanto, vayan a ver Roma en su «cine selecto» de preferencia, o si les es más cómodo, el 14 de diciembre en su pantalla más cercana, en la comodidad de sus casas.
Texto: Abraham Mercado.
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